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Los cárteles mutan a casas de empeño; la PGR investiga

El crimen organizado y los cárteles del narcotráfico utilizan las
casas de empeño para financiar sus organizaciones y como una forma de
lavar dinero ilícito, indica la Procuraduría General de la República
(PGR) a través de sus investigaciones.

La dependencia federal cataloga este hecho como una nueva mutación
del crimen organizado para obtener ganancias no sólo a través del
trasiego de droga, sino de otras actividades y como método de lavado de
dinero.

A través de un documento que fue entregado a los procuradores de
justicia del país se precisa que entre 30 y 35 por ciento de los objetos
u artículos que se empeñan en casas prendarias son robados.

La PGR ubica en sus investigaciones que el crimen organizado utiliza
las casas de empeño para financiar sus actividades ilícitas a través de
dos formas: instalando casas prendarias a través de prestanombres para
lavar el dinero ilícito y al mismo tiempo para obtener ganancias a
través de los intereses que cobra, y fundiendo el oro de alhajas que no
son recogidas para utilizar el oro como moneda de cambio.

El crimen organizado utiliza para la fundición de alhajas de oro a
joyeros, quienes se encargan de su fundición y de la elaboración de
nuevas prendas, estos mismos joyeros son cómplices para –en la mayoría
de los casos– elaborar diversos artículos para el crimen organizado,
desde cachas para pistolas, hasta pulseras, cadenas o monedas que
identifican a la organización criminal.

La otra forma es la mutación de las organizaciones criminales, principalmente Los Zetas,
para realizar actividades ilícitas, sobre todo del fuero común, como es
el robo a casa habitación, transeúnte o automovilistas, para que los
artículos obtenidos puedan ser empeñados y obtener recursos a través de
los objetos robados que nunca son recuperados.

El subprocurador de Delitos Federales, Irving Barrios, dijo que esta
forma de operación fue detectada por la PGR, por lo que se pidió a
mandatarios estatales y procuradores de justicia revisar sus mecanismos
de regulación comercial e incrementar en el caso de las casas de empeño
mayores requisitos para cerrarle este camino a la delincuencia
organizada.

“La PGR en la última reunión de procuradores de justicia del país y
ante la preocupación que existe por la violencia de los delitos del
fuero común y ante el incremento de los ilícitos como es sobre todo el
robo en casa habitación y por otro lado los esquemas para desarrollarse a
través de estas instituciones en las comisiones del ilícito de lavado
de dinero porque pueden ser utilizadas para operaciones de recursos de
procedencia ilícita, se invitó a las autoridades a llevar a cabo una
revisión de la regulación y supervisión que tienen sobre este tipo de
lugares”, indico Barrios.

Entrevistado por Excélsior, Irving Barrios precisó
que respecto a los artículos que son empeñados por la delincuencia en
esos lugares se acordó realizar una revisión de la regulación en el
ámbito federal “con el objetivo de establecer mejoras en sus controles y
tratar de tener el registro completo de quienes llevan a cabo los
empeños”.

Irving Barrios indicó que “cuando se funde el oro y llevan a cabo
todo este proceso para obtener de esa forma recursos o lavar dinero
estamos hablando del esquema de delincuencia organizada, pero también
hablamos de un esquema de una organización mediana o pequeña que se
dedica al robo de casas habitación, que su ganancia la obtienen a través
del empeño porque es más fácil el intercambio de las mercancías
obtenidas de manera ilícita, y si lo llevamos a un índice de mayor
escala hablamos ya de lavado de dinero”.

De acuerdo con la PGR, la proliferación de casas de empeño en el país
inició a partir de 2003, como negocios altamente productivos. Su
operación depende en su mayoría de las regulaciones comerciales y
sanitarias de los estados de la República, quienes les otorgan permiso
para operar.

Situación diferente a la de casas prendarias denominadas de
asistencia pública, como lo es el Nacional Monte de Piedad, que conceden
préstamos por diversos artículos, con la diferencia de que la obtención
de recursos a través de intereses o subastas son entregados a obras de
beneficencia.

En muchos casos, a pesar de que en las llamadas casas de empeño
solicitan como requisito la credencial de elector o un documento
especial para efectuar el préstamo prendario, se ha encontrado  que los
empleados de las casas de empeño están coludidos con criminales, por lo
que por cada solicitante que entrega una documentación oficial se le
agregan otros préstamos apócrifos.

Los artículos robados en algunas ocasiones han sido reconocidos en
las casas de empeño por los propios dueños, quienes meses atrás han sido
atracados en la calle o en su domicilio y han sido empeñados con la
entrega de documentos oficiales apócrifos.

Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública (SESNSP), a través de las cifras que envían procuradores del
país, registran un incremento en los delitos del fuero común denominados
de alto impacto en varios estados del país, sobre todo el referente al
robo.

De acuerdo al SESNSP durante 2011 se cometieron un millón 690 mil 958 robos y 45% de ellos fue con violencia.

En 2010 la dependencia federal recopiló que en todo el país se
cometieron un millón 704 mil 99 casos. El 49 por ciento fue con
violencia.

Hasta mayo de 2012 se habían cometido en todo el país 679 mil 111 robos y 49% de ellos (293 mil 936 casos) fue con violencia.

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