Su madre aceptó el deseo del pequeño, de 9 años, de detener su tratamiento contra un tumor cerebral, para que pueda aprovechar de la mejor manera el tiempo que le resta de vida.
La situación de Ryan Kennedy conmovió a miles de personas en el mundo y movilizó a un grupo de estudiantes de la ciudad donde vive, Clarkston, en Michigan, EU. Los jóvenes difundieron su historia a través de la red social Twitter, suscitando una «ola de simpatía y de apoyo», declaró Kimberly Morris-Karp, la madre del niño, a la cadena CNN.
«En febrero, los médicos nos comunicaron que el volumen del tumor se había duplicado desde el precedente escaneo, realizado en noviembre de 2011, y que se debía proceder a una nueva operación», explicó la mujer. «Lo discutimos en familia y Ryan nos hizo saber que no quería tomar más medicamentos ni someterse a otra operación quirúrgica, por los dolores que todo eso le causaba».
«Él simplemente quiere terminar sus días haciendo lo que le gusta, por lo que organizamos unas vacaciones familiares, fuimos a nadar como él lo deseaba y tratamos de hacer todo lo que Ryan quería y podía hacer», añadió.
La madre de Ryan asegura que esa red social ha «ayudado enormemente» a sus otros dos hijos a enfrentar la situación y les mostró «que la gente es compasiva». «Mi familia y yo estamos profundamente conmovidos por tanta compasión», expresó