Ciudad de México.- Según la evaluación, las deficiencias
que llevarían a perder la guerra se pueden subsanar con una inversión de 24.000
millones de dólares.
EE.UU. no podría afrontar el choque con Rusia en la
región del Báltico o con China en Taiwán a causa de la protección inadecuada de
la infraestructura y las redes de comunicación. Así lo afirmaron Robert Work y
David Ochmanek, analistas estadounidenses, en un panel de discusión organizado
el 7 de marzo en Washington por el Centro para la Nueva Seguridad Americana
(CNAS, por sus siglas en inglés), organización bipartita de expertos militares.
Las conclusiones se derivan de las simulaciones de guerra realizadas por la
Corporación RAND («Research and Development»), centro de investigación militar
sin fines de lucro.
Las simulaciones revelaron que las Fuerzas Armadas de
EE.UU., a pesar de aplastar efectivamente a los ejércitos de los Estados de su
región, no son capaces de enfrentarse durante mucho tiempo a un rival que
disponga de tecnologías y fuerzas comparables.
«Nunca hemos enfrentado a un adversario con las
mismas posibilidades… En los primeros cinco días de la campaña nos vemos muy
bien, pero después de los segundos cinco días esto no se verá tan bien,»
admitió Work.
La infraestructura expuesta a los ataques
La infraestructura militar es un punto débil de las
Fuerzas Armadas, explican los expertos. Así, las pistas aéreas y portaviones
estadounidenses se han convertido en un blanco fácil para los misiles de alta
precisión y largo alcance que están ahora en los arsenales de China y Rusia.
«En todos los casos que conozco, el F-35 domina el
cielo cuando está en el cielo, pero se destruye en el suelo en grandes
cantidades,» describió Work los resultados de la simulación.
Lo mismo ocurriría con la Armada de EE.UU. «Lo que
navega en la superficie del mar va a tener dificultades,» predijo
Ochmanek.
Las bases de abastecimiento del Ejército, que estarán
entre los objetivos principales del adversario, también serán destruidas por no
tener defensa antiaérea suficiente, opinan los expertos.
El
cerebro en riesgo
Sin embargo, ven una amenaza mayor en la vulnerabilidad
del sistema de comunicación, que coordina las acciones de las tropas. «El
cerebro, el sistema nervioso que conecta todas estas piezas, está suprimido, si
no obturado,» confirmó Ochmanek.
Mientras tanto, si un adversario lograra vencer en lo que
China llama «guerra de destrucción del sistema», y EE.UU. perdiera el
sistema de mando y control, será derrotado automáticamente, opinan los
analistas.
Según la evaluación de Ochmanek, se pueden subsanar
dichas deficiencias con 24.000 millones de dólares, divididos por igual entre
la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada de EE.UU. La suma es cerca del 3,3%
del presupuesto militar del país propuesto por el presidente Donald Trump para
el año 2020.


