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Esposa embarazada de Renato Ibarra rompe el silencio

Lucely Chalá, la esposa embarazada del futbolista del América, Renato Ibarra, confirmó la agresión que fue objeto por parte de su marido, al afirmar:

“Tengo suerte de estar viva… me jaloneó, me golpeó y me aventó contra la pared”.


En entrevista para la revista TVNotas reveló que la semana pasada, días antes de que miles de mujeres salieran a las calles para exigir un alto a los feminicidios, el delantero del club América, de 29 años, la golpeó junto con su hermana Karen, de 24 y 31 años de edad, respectivamente.

En la habitación de un hospital donde se recuperaba de las lesiones que sufrió narró la agresión que sufrió la noche del pasado jueves 5 de marzo y reveló que viene “del mismo pueblo” que Renato Ibarra, El Juncal, Ecuador, en donde inició una relación con él en 2013, y posteriormente, en 2016, se vinieron a México.

Recordó que ambos se trasladaron a Holanda, en donde Renato Ibarra jugaba en un equipo, asegurando que en ese entonces no había tantos problemas en su relación, como actualmente, a partir de que llegaron a México.

“Todo marchaba bien y se logró una negociación para que jugara con el América y nos pusimos muy contentos de venir a México; Renato siempre ha sido voluble; con él los momentos buenos eran muy buenos, pero los malos eran muy malos. En ese entonces había discusiones, gritos, era violento con sus palabras, lastimaba mucho, me insultaba, sus enojos eran muy fuertes, pero nunca me pegó; tengo suerte de estar viva… me jaloneó, me golpeó y me aventó contra la pared», narró.

Continuó: «Es que con Renato nunca se sabía; a veces podía estar bien y de repente explotaba por cosas leves, como que yo llegara tarde a una cita con él; podía durar una semana o dos molesto conmigo; va de fiesta y toma, pero él no tiene problemas con el alcohol”.

Reveló: “Entre nosotros las cosas empeoraron a partir de finales del año pasado; en septiembre, él me dijo que era momento de hacer crecer la familia y yo dejé de cuidarme; en noviembre quedé embarazada, pero desgraciadamente justo en Navidad perdí a mi bebé; Dios nos concedió quedar nuevamente embarazados muy pronto; actualmente, tengo nueve semanas de gestación».

«Sí, comenzamos a tener problemas de pareja muy fuertes. Hace unas semanas, un día agarró sus cosas y se fue, pero al día siguiente regresó. En diciembre pasado, él se lesionó y tal vez eso le afectó; yo no supe en qué momento crecieron tanto las cosas, pero hace unas semanas me dijo que quería que nos separáramos».



«Como él comenzó a ser grosero conmigo, acudí con el abogado Ricardo Heinch para ver qué procedía ante la violencia emocional y verbal con la que él me presionaba psicológicamente, pues me menospreciaba; me decía que no me iba a dar dinero, pero yo sólo le pedía que cumpliera con la obligación de los alimentos, que eso lo determina la ley, tanto por nuestro hijo como por el tiempo que estuvimos juntos».

¿Cómo comenzaron las agresiones?, pregunta el medio a Chalá.

«Renato se está recuperando de su lesión y esa tarde se había ido a entrenar. Mientras él estaba fuera, mi hermana y yo recibimos insultos de la familia de él, así que nos salimos de la casa y regresamos hasta la noche».

«Se irritó. Renato y yo estábamos en la habitación y él me jaloneó del cabello y me empujó contra la pared. Lo hizo pese a que sabía que mi embarazo era de riesgo por la pérdida tan reciente que tuve. Mientras él me pegaba, sus familiares, en lugar de calmarlo, ¡comenzaron a pegarle a mi hermana y luego a mí! Lo bueno es que en la casa estaba un amigo en común, Víctor, quien nos metió a un vestidor».


¿Qué pasó cuando ya estaban dentro del vestidor?

«Renato les dijo a sus familiares: ‘¡Vengan, péguenles!’, entonces atacaron a mi hermana; la tenían en el piso, la golpearon. A mí me tenían contra una pared mientras a ella le pegaban».

«Yo estaba encorvada protegiendo a mi bebito. También estaba mi hijo presente viendo todo, y de eso Renato estaba consciente, mi niño gritaba: «No le peguen a mamá, déjenla», tenía una espada y les quería pegar para defenderme (llora). Sentí mucho miedo y me encomendé a Dios…. ¡Él nos salvó!».

Karen le mandó un mensaje a su otra hermana, Liseth, quien vive en la CDMX desde hace muchos años. Ella hizo la llamada a la policía. Cuando los familiares de Ibarra se dieron cuenta de esto, se gritaron entre ellos: «Ya cálmense, que están llamando a la policía», y pararon.

«Karen se levantó y yo le dije a Renato: «¿Por qué nos estás haciendo esto? ¿Te das cuenta de que estoy embarazada… ¡Llevo en mi vientre a tu hijo!». Como pude, agarré a mi hijo y con mi hermana nos fuimos al coche hasta que llegó la policía».

«Le explicamos a la policía lo que ocurrió; los dejé pasar y detuvieron a Renato y a su familia; él se rehusaba a salir de la casa, hubo muchos gritos, forcejeos, hasta que lo sacaron. Él intentó de todo para que los policías lo soltaran».

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