Sergio Pérez aprendió a hablar italiano a más de 300 kilómetros por hora. El piloto mexicano se recuperó de la adversa calificación que lo ubicó en la décimo segunda posición de la parrila, y ayer remontó diez posiciones para cruzar la línea de meta a poco más de cuatro segundos de Lewis Hamilton, y con su extraordinaria actuación impidió que el podio del Gran Premio de Italia tuviera a los dos pilotos de la Scuderia en el top 3.
Sin embargo, los abucheos no mancharon la gloria nacional, pues los tifosi adoptaron a Checo y cuando el legendario ex campeón de Fórmula 1, Niki Lauda, subió al podio a entrevistar al mexicano, éste sorprendió a todos los asistentes al decir “me quito el sombrero”, al tiempo que se levantaba la gorra frente al tapatío, haciendo estallar los gritos de la afición que fusionó las banderas italianas tricolor, con una que otra que sí llevaba el águila devorando a la serpiente estampada al centro.
Ante tal escena, Pérez aseguró: “Estoy muy contento por haber logrado mi primer podio europeo en Monza”.
“¡Qué día y qué resultado! Hubo sorpresa, pues se dio en una pista que iba a ser todo un reto para nuestro coche, pero una vez más se demostró que su rendimiento en carrera es fuerte. Durante mucho tiempo Sergio fue el piloto más rápido.
“Es fantástico que el equipo que se encuentra en nuestra fábrica haya preparado un coche tan competitivo. El equipo ha tomado las decisiones correctas para la puesta a punto y en la estrategia, junto con unos pilotos entregados en la pista. Estos 20 puntos son muy importantes para el objetivo de avanzar en el Campeonato”, declaró la directora ejecutiva del equipo Sauber, Monisha Kaltenborn.
No era para menos, pues una de las cosas que más sorprendió del resultado fue la paciencia con la que el piloto mexicano del equipo Sauber administró la primera parte de la carrera, cuando, paciente, exprimió lo mejor de los neumáticos Pirelli durante 31 vueltas, para remontar hasta la primera posición.
Frío y calculador, Checo esperó su momento y no fue sino hasta que cambió neumáticos cuando hizo volar sobre la pista el monoplaza número 15 y dar cuenta de pilotos como Kimi Raikkönen, Felipe Massa y el mismo Fernando Alonso, quienes sucumbieron ante la velocidad y maestría de Pérez.
Con cinco vueltas más quién sabe lo que hubiera sucedido, pues el ritmo de carrera con el que Checo cerró en Monza, seguramente hubiera alcanzado a Lewis Hamilton, quien supo administrar su ventaja para desde la pole position asegurar la victoria.
Fue por ello que a Giampaolo Dall’Ara, ingeniero jefe de pista de Sauber, no le quedó más que reconocer que “con los neumáticos medios nuevos su ritmo (el de Checo) era excepcional”.
Sin embargo, el día no fue redondo para todos y ante la combinación de resultados y el abandono de los dos Red Bull y del McLaren de Jenson Button, el piloto inglés de color dio un salto meteórico en el campeonato para ubicarse en la segunda posición de la tabla general, a 37 puntos de Alonso.
La afición mexicana tendrá 15 días para saborear el resultado de esta histórica carrera, pues será hasta dentro de dos semanas cuando la actividad de la máxima categoría regrese, ahora en el circuito callejero que albergará el Gran Premio de Singapur, donde los monoplazas deberán encender los faros para correr en la justa nocturna.
Por lo pronto, a celebrar la nueva hazaña de Pérez.