La madre de Marco Antonio Regil, de 47 años, doña Irma Sánchez Mayans, quien padecioÌ Alzheimer por maÌs de 15 años, y a quien se le complicoÌ su estado de salud con una neumoniÌa, perdioÌ la vida, luego de 15 diÌas de agoniÌa, pues ya habiÌa dejado de comer y pasar liÌquidos.
Platicamos con el conductor, y aunque estaba triste, nos explicoÌ que eÌste ha sido uno de los momentos maÌs dolorosos en su vida, ya que durante maÌs de 15 años se dedicoÌ a cuidar a su mamaÌ.
-Compartiste el proceso en redes sociales…
“Me sorprendioÌ la respuesta de la gente que me contaba que acababa de perder a sus padres, o que hace bastantes años les pasoÌ. Los videos que subiÌ sirvieron para que muchos se acercaran a sus familiares con los que estaban distanciados, y corrieron a abrazarlos. Es como prevenirlos y hacerles caer en cuenta que este proceso lo puede vivir cualquiera, y hay que disfrutar a los que tenemos vivos”.
-TambieÌn hubo gente que te criticoÌ…
“Unos cuantos. No le recomiendo a cualquier persona que lo haga, tienes que estar preparado para las criÌticas, yo ya estoy curtido, porque cuando hablas de algo personal, te expones a que te escriban cosas que no son tan agradables. Cuando tienes verdaderos amigos, como creo que los tengo, te ayudan, comparten, crecemos y aprendemos juntos”.
-Y tuviste tiempo de despedirte de ella…
“AsiÌ es, fue doloroso ver coÌmo en estos 15 diÌas su cuerpo se fue deteriorando. Le cantamos, la abrazamos, besamos, y le contamos sus aneÌcdotas. Lo que me duele es saber que no podreÌ tocar sus manitas otra vez, ni podreÌ ver sus ojitos”.
-¿QueÌ fue lo maÌs triste?
“Cuando movimos a mamaÌ de la cama a la camilla y la metimos en una bolsa negra, para despueÌs caminar tras ella, como un niño chiquito. Yo estaba siguiendo a mi mami porque se me iba (llora), y vi coÌmo metiÌan su cuerpo a una camioneta”.
-¿Luego de eso queÌ hiciste?
“La verdad es que esa ocasioÌn me fui caminando a un parque que estaba cerca, eran como las 3 de la madrugada, y me puse a llorar ahiÌ. Y bueno, estaba deshecho, lloreÌ mucho, griteÌ. Y es que nunca habiÌa sentido tanto dolor, ni creo volver a pasar por algo tan desgarrador el resto de mi vida”.