A todos nos ha pasado alguna vez perder dinero, da coraje, más cuando estamos seguros que lo dejamos en algún lugar.
Esto le pasó recientemente a un hombre, pues de pronto su dinero comenzó a desaparecer ¡en su propia casa!.
Luego de muchas pérdidas económicas, un día por fin logró captar al ladrón en pleno acto: era el gato de su vecina.
Sin pensarlo mucho, decidió escribirle a su vecina Antonia para contarle la situación.
Antonia se enteró ahí de las andadas de su michi y resolvió el misterio de cómo llegaba dinero a su casa.
Una vez cada tanto aparecía Arturo en mi casa con un fajo de plata, y yo sabía que si venía en fajo era robado porque tenía una gomita, y yo ya sé que en casa no tengo que ponerle gomitas elásticas porque ellos se desesperan”.
Para evitar especulaciones, Antonela también aclaró que no entrenó a Arturo para robar, ni roba por necesitar, sólo adora las liguitas elásticas y ‘las huele a 10 km”.
Excelsior