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Condenan al mayordomo, pero no pisará la cárcel

El ex mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, de 46 años, fue condenado por el Tribunal del Estado del Vaticano a un año y seis meses de cárcel por el robo con agravantes de documentos reservados de Benedicto XVI, sin embargo, al ser una condena menor a dos años, no irá a prisión y tras conocer la sentencia volvió a su casa, en el Vaticano, donde seguirá en arresto domiciliario hasta que decidan los jueces, y tras saber si recurre o no a la apelación.

El Tribunal se basó en el Código de Procedimiento Penal italiano de 1913, conocido como Zanardelli, y en el Código Penal de 1889, de Humberto I, que son la fuente normativa del Estado de la Ciudad del Vaticano, para condenar a Gabriele, pero echó mano de una normativa de Pablo VI de 1969 para reducir la pena a la mitad y condenarle a pagar los costes del juicio.

Paoletto fue condenado a tres años por robar documentos reservados del Pontífice del Apartamento Papal “abusando de la confianza” depositada en él”, pero la pena le fue rebajada a la mitad al no tener antecedentes penales y por los servicios prestados antes de los hechos por los que fue condenado, además de haber reconocido que había traicionado la del Pontífice.

“En nombre de Benedicto XVI, gloriosamente reinante, e invocando a la Santísima Trinidad (…)” fue la fórmula con la que el presidente del Tribunal, Giuseppe Della Torre, comenzó a leer la sentencia tras dos horas y cuarto de deliberaciones.

Della Torre señaló que Paoletto, como es conocido, fue condenado a tres años de reclusión, pero la sentencia fue reducida a 18 meses vistos los atenuantes.

El ex mayordomo tendrá que pagar los costos del juicio.

Gabriele escuchó la sentencia de manera impasible, sin expresar sentimiento alguno.

Paoletto, que de momento ha vuelto a su casa, donde está en arresto domiciliario y que tuvo la última palabra en la audiencia, dijo que actuó por amor a la Iglesia y al Papa.

“La única cosa que siento muy fuerte dentro de mí es la convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría visceral, por la Iglesia de Cristo y por su Jefe visible (el Papa). Repito, no me siento un ladrón por lo que he hecho”, dijo el ex mayordomo.

El Promotor de Justicia del Vaticano (fiscal), Nicola Piccardi, había pedido tres años, mientras que la abogada defensora, Cristiana Arru, había solicitado que la pena pasara de robo a apropiación indebida y que en ese caso, visto que no ha sido interpuesta ninguna querella contra Gabriele, no podía ser condenado.

Se desconoce si Paoletto recurrirá a la apelación.

Su abogada dijo tras escucharla: “es una buena sentencia, veremos si se ha tratado de una sentencia equilibrada y tenemos que leer las motivaciones de la misma antes de decidir (si apelan o no)”.

Benedicto XVI, como soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, puede ejercer en cualquier momento su prerrogativa de perdonar al mayordomo.

Con este juicio no concluye el escándalo de robo y filtración de documentos reservados vaticanos, conocido como Vatileaks, ya que en fechas aún por decidir comenzará el juicio contra Claudio Sciarpelletti, de 48 años, acusado de presunto encubrimiento y que en un principio iba a ser juzgado junto con Paoletto.

Intervención papal

Es “muy probable” que el papa Benedicto XVI otorgue el perdón a su ex mayordomo Paolo Gabriele, declaró el portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi.

La posibilidad de “un perdón es muy concreta y probable”, declaró a los periodistas el padre Lombardi, el juicio de Paolo Gabriele.

El Papa puede otorgar su gracia, aun cuando ésta no haya sido solicitada formalmente, precisó Lombardi, explicando que el pontífice “recibe las informaciones sobre el proceso, lo cual le permite evaluar su posición”.

El portavoz, que calificó la condena de “ligera” y “justa”, precisó que Paolo Gabriele sigue en arresto domiciliario, como antes del proceso.

Cuando se le preguntó si el ex mayordomo iría a la cárcel o gozaría de libertad condicional, el portavoz precisó que su situación futura dependerá ante todo de la eventual apelación de la defensa y de un indulto papal.


Sacerdote que investigó a Maciel deja su puesto

Uno de los sacerdotes emblema de la política de “tolerancia cero” impuesta por el papa Benedicto XVI contra la pederastia clerical y responsable de la investigación contra Marcial Maciel dejó su puesto en el Vaticano.

La sala de prensa de la sede papal informó que Charles Scicluna, hasta ahora “promotor de justicia” de la Congregación para la Doctrina de la Fe —una especie de fiscal para los delitos graves de los sacerdotes—, fue designado obispo auxiliar de Malta.

El presbítero, nacido en Canadá en 1959, es recordado en México porque condujo personalmente el proceso por abusos sexuales a menores contra el fundador de los Legionarios de Cristo según el derecho canónico (la ley fundamental de la Iglesia).

En 2005, Scicluna viajó a México y Estados Unidos, donde se entrevistó con las víctimas de Maciel para recopilar sus testimonios. Las declaraciones sirvieron para sancionar Maciel en 2006 y para que el Papa ordenara una reforma profunda a los Legionarios de Cristo, como consecuencia de los actos inmorales.

Fue el oficial vaticano que más insistió para que los obispos asuman su responsabilidad en evitar la comisión de delitos sexuales por parte de personas ligadas a la Iglesia.

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