Un artículo publicado hoy por BBC en su portal web hace referencia del «nudista caminante», Stephen Gough ha pasado más de seis años en prisiones de Escocia por negarse a usar ropa.
El artículo original añade que las autoridades han dejado en claro que no quieren mantenerlo tras las rejas, pero el caminante no renuncia a sus principios.
Su liberación más reciente ocurrió el viernes pasado, pero se espera que no pase mucho tiempo antes de que vuelva a la cárcel. Hasta ahora la cuenta va por 18 sentencias.
Así se va escribiendo el libreto de la disputa más prolongada y posiblemente más extraña entre un individuo y las instituciones encargadas de imponer la ley en el Reino Unido.
Algunas de las temporadas que Gough ha pasado en libertad han durado apenas unos segundos. Una vez se lo arrestó por negarse a vestirse para salir de prisión.
Los delitos por los que ha sido sentenciado incluyen quebrantamiento del orden público y desacato al tribunal.
El nudista, un ex infante de marinade 53 años, ha recorrido largos trechos del territorio británico llevando sólo botas, medias, una mochila y, a veces, un sombrero.
En Inglaterra ha escapado de la policía, pero en Escocia no le han dado ese beneficio. La policía y los tribunales allá consideran que andar desnudo en público es una perturbación de la paz.
La actitud de Gough también se ha radicalizado. El caminante se niega a vestirse para asistir a los juicios o en la estación policial.
Pero esta situación ya está cansando a al menos una de las partes. Y no es la del nudista.
Los uniformados intentaron romper el círculo vicioso a principios de año, con un cambio de estrategia: se le permitió salir de la prisión de Perth en traje de Adán.
El inspector Andy McCann, de la policía local, le dijo a la BBC que la idea era permitirle andar a sus anchas y sólo arrestarlo de nuevo si causaba molestias. «Le pedimos que fuera considerado», señaló.
Tres días más tarde, Gough volvía al banquillo por haber pasado desnudo frente a un parque infantil.
El juez James Williamson señaló que la total «indiferencia de Gough hacia los miembros del público, en especial de los niños», muestra «arrogancia» y «autcomplacencia». El magistrado también perdió la paciencia por la negativa del acusado a permitir que trabajadores sociales evalúen su salud mental.


