El pequeño restaurante South Philly Barbacoa de Filadelfia, administrado por una inmigrante indocumentada de México, se convirtió en uno de los nuevos mejores restaurantes de 2016 en Estados Unidos.
Según la revista gastronómica «Bon Appétit», la barbacoa, los tacos y el consomé que sirve Cristina Martínez en su restaurante son una de las diez comidas más sabrosas del país en este último año.
Ese reconocimiento, que coloca a South Philly Barbacoa como el sexto mejor nuevo restaurante del país, consolida su sueño culinario tras años marcados por sacrificios debido a su situación migratoria.


LLLEGAR NO FUE FÁCIL
Cristina llegó por primera vez a Filadelfia en 2006 para trabajar y ayudar económicamente a su familia en México durante un año, aunque se vio obligada a volver en 2009 para quedarse.
La chef mexicana tuvo que atravesar el desierto, beber agua sucia, dormir en el frío y caminar bajo la lluvia, «arriesgando en cada momento la vida», para volver a la ciudad que había descubierto años atrás y en la que soñaba con servir su barbacoa.
Con 27 años de experiencia en la barbacoa, que aprendió a preparar por sus padres, Martínez supo ver la necesidad de su entonces nueva ciudad de proveer de comida y de café a los trabajadores que salían de sus casas a las cuatro de la madrugada y no encontraban, hasta bien entrada la mañana, ningún restaurante abierto en el barrio mexicano del sur de Filadelfia.
La cocinera asegura que su comida y su restaurante, además de alimentar a una población con ganas de barbacoa, representan a su comunidad y su pueblo mexicano de Capula, del que proviene.
Es una bendición para mí y para mi pueblo que nuestra comida haya llegado a todo el mundo y que ahora sirva para contar historias de migrantes como yo», dice la mesonera.
SIN PAPELES Y CON TRUMP
En un momento en el que el presidente electo Donald Trump prometió deportar a millones de indocumentados, la chef apuesta por mesas en las que gente de los cinco continentes coman juntas.
«Un solo hombre -afirma- no puede romper la vida de tantas personas. No tenemos miedo de que nos deporten. Lo que nos preocupa es la ruptura de sensibilidad con los niños que ahora les preguntan a sus padres si tienen papeles y si se van a poder quedar en el país donde ellos nacieron».
DE MÉXICO PARA FILADELFIA
Pequeño, pero muy coqueto y acogedor, el restaurante está decorado con coloridos mosaicos y arte autóctono mexicano que consiguen transportar al comensal a una taquería en lo más profundo de México.
El establecimiento sólo opera los fines de semana, cuando tradicionalmente las familias comen el plato estrella del local, la barbacoa.

