La inédita huelga de 10 días que sufrió el metro de Buenos Aires dejó un fuerte saldo político, ya que empeoró la imagen de la presidenta Cristina Fernández y del jefe de Gobierno, Mauricio Macri.
Las encuestas reflejaron que, a pesar de que uno y otro se echaron la culpa por el largo paro del ‘subte’ que afectó a 900 mil usuarios cada día, la gente los responsabiliza por su falta de diálogo y disposición a resolver los problemas.
El sondeo más concreto fue el realizado por la consultora Opinión Autenticada, la cual reveló que la huelga dejó una imagen negativa del 58.3 por ciento para Fernández y del 50.1 por ciento para Macri.
Señalan a Fernández
La más afectada parece ser la presidenta, ya que el 40.3 por ciento de los capitalinos encuestados consideró que la responsabilidad del paro era del gobierno nacional, en tanto que apenas el 28.2 por ciento se la achacó al alcalde.
Un 31.4 por ciento afirmó que la responsabilidad es compartida, aunque en el saldo final, Macri sigue siendo más popular en la capital porque registra una buena imagen del 31.3 por ciento, contra un 20.1 por ciento de la mandataria.
El paro del ‘subte’, como se conoce aquí al metro, se realizó del 3 al 13 de agosto y empeoró el humor social en Buenos Aires, cuyos servicios de transporte colapsaron.
La huelga fue realizada por un grupo de sindicalistas que exigían aumentos salariales y mejoras laborales de las cuales el jefe de Gobierno no se quería hacer cargo, según él, por falta de recursos.
Evaden responsabilidad
Además, la movilización se enmarcó en la disputa que mantienen el gobierno nacional y el local por el manejo del ‘subte’, ya que ni Fernández de Kirchner ni Macri, políticos antagonistas, quiere hacerse cargo de la operación.
En diciembre pasado, el derechista alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, aceptó el traspaso del servicio y se comprometió a realizar las mejoras necesarias, para lo cual primero aplicó un drástico aumento del precio del 127 por ciento.
Sin embargo, en enero el propio Macri se echó para atrás al cancelar de manera unilateral el acuerdo y regresar el servicio a la progresista Fernández de Kirchner, quien no aceptó la “devolución”.


