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Secretos de Romney afectan su campaña

Mientras para el republicano Mitt Romney las críticas a su rechazo a
divulgar sus declaraciones de impuestos son meros reclamos enemigos, su
negativa comienza a parecer cada vez más una roca alrededor del cuello
de su campaña.

¿Qué oculta Romney? Esa parecería la pregunta de moda en los ámbitos
políticos estadunidenses, donde ya hay especulaciones respecto a la
información que podría haber en las presentaciones de un multimillonario
que sólo en 2011 ganó mas de 20 millones de dólares derivados de sus
inversiones.

Para Romney y sus aliados es absolutamente “indignante” que se especule sobre la honradez de Romney.

Para sus críticos, incluso algunos grandes nombres del ala
conservadora estadunidense, sin embargo, se trata de un error, y uno que
probablemente crecerá en la media que Romney siga en su negativa.

Y en algún lugar se encuentra la defensa que hizo el senador y ex
candidato presidencial republicano John McCain, que hace cuatro años en
su búsqueda de compañero de fórmula examinó 25 años de declaraciones
impositivas de Romney y acabó por elegir a Sarah Palin, porque la
consideró como “mejor” opción.

Una encuesta de Gallup divulgada ayer señaló que Romney debería hacer
públicas sus declaraciones de impuestos de años previos a 2010 y 2011,
que recientemente fueron publicadas.

Y de hecho, el articulista Frank Rich recordó en el semanario New York
que el propio Romney probablemente pidió mas de dos años de retornos
impositivos a quienes examina como posibles candidatos a la
vicepresidencia.

Pero la realidad es que no hay requisito legal que obligue a Romney a
hacer públicas lo que son esencialmente documentos privados. La
costumbre política, sin embargo, es que debe hacerlo.

En ese marco, la muestra de Gallup indicó que 54 por ciento de los
estadunidenses considera que Romney debe publicar más declaraciones que
las de dos años, mientras 37 por ciento apoya a Romney.

Entre los que demandan conocer más de las finanzas del aspirante
presidencial republicano, 75 por ciento son demócratas, 53 por ciento se
definen como independientes y 30 por ciento como republicanos.

Romney y sus abogados han señalado que por un lado el envío de
capital fuera del país fue decisión de un fideicomiso establecido por
Romney, en el que él no intervenía, y que el aspirante presidencial
republicano hizo públicas su declaraciones de impuestos de 2010 y su
estimado de 2011.

Pero esos documentos sólo sirvieron para que sus rivales demócratas
indicaran que pagó una tasa impositiva de 14 por ciento en 2010 y de
15.4 por ciento en 2011, muy por debajo del 27 por ciento que pagó el
presidente Barack Obama o del 31 por ciento que correspondió a Newt
Gingrich, un ex presidente republicano de la cámara baja.

Peor aún, aunque útil en la propaganda política electoral, no es eso
lo que interesa. De hecho, podría decirse que a nadie preocupa que
Romney tenga una fortuna estimada en unos 250 millones de dólares, algo
que ya se sabía y está descontado hace tiempo.

El problema está en que en el proceso de hacer su fortuna adquirió
empresas que luego vendió a pedazos o que envió al extranjero para
hacerlas más eficientes y efectivamente destruyó empleos –aunque generó
riqueza– en Estados Unidos.

Una segunda parte del problema es que como suele ocurrir en Estados
Unidos, parte de su fortuna fue invertida –o guardada simplemente– en
bancos de las islas Grand Cayman, fuera de la jurisdicción territorial e
impositiva estadunidense.

“Mitt no parece darse cuenta de que cualesquier vergüenzas haya en
sus declaraciones de impuestos, el mayor problema es que su secrecía
acentúa todos los misterios en su biografía: los “discos duros” borrados
que dejó al terminar como gobernador de Massachussetts, qué hizo
exactamente durante su periodo como funcionario laico de la Iglesia
mormona y, por supuesto, qué hizo y qué no hizo exactamente en Bain
Capital y para el caso, cuándo estuvo y cuándo no estuvo ahí”, señaló
Rich.

 

Obama cae en encuestas

El presidente estadunidense Barack Obama recibió un duro golpe por
los preocupantes resultados de varios sondeos publicados ayer de cara a
lograr la reelección, el mismo día que inicia una gira de dos días por
Florida, estado clave en el mapa electoral.

A menos de cuatro meses para los comicios del 6 de noviembre, la
popularidad de Obama ha caído al tiempo que el pesimismo de los
estadunidenses por la situación económica del país ha crecido, mientras
que su adversario republicano Mitt Romney ha logrado el empate con el
demócrata en Virginia, otro estado crucial.

Una encuesta de CBS/The New York Times otorga a Romney 47% de intención de voto a nivel nacional, un punto por delante que Obama.

La popularidad del Presidente, que cayó de 42% en abril a 36% en
julio, se debe principalmente a que 55% de los ciudadanos desaprueba la
gestión económica de Obama, siete puntos menos que en abril.

Además, los malos datos sobre la creación de empleo en mayo y junio
también han nutrido el pesimismo de los ciudadanos: sólo 24% cree que la
situación económica mejorará (33% en abril), según CBS/NYT.

Según otro sondeo difundido ayer por la universidad de Quinnipiac de
Virginia, Romney ha recuperado la ventaja que Obama le llevaba en este
estado crucial, que el Presidente ganó en 2008 –fue la primera vez que
lo lograba un demócrata–.

De acuerdo con la encuesta, ambos candidatos obtendrían 44% de los
sufragios en Virginia, cuando en marzo Obama tenía una ventaja de ocho
puntos y en junio de cinco puntos.

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