Héctor Luna
Nuestros ojos no nos engañaron este sábado, todos miramos vencedor a Manny Pacquiao, excepto, claro está, dos tipejos que son manejados y viven de la corrupción, pues darle la victoria a Tim Bradley, después de su pobre pelea, es remarcar la asquerosa forma de cómo manejan un deporte tan bueno como el box.
Sí, ahora le tocó un robo a Manny Pacquiao, y todos fuimos expertos y sabihondos del boxeo para decir una frase que, discúlpenme, es una pendejada; “Para que vea lo que se siente”, en referencia a lo sucedido en Noviembre del año pasado.
La gente común, las personas que nada más miran el box cuando hay peleas llamativas, o cuando pelea alguien de renombre, es la que utiliza esta frase tan simple y carente de un significado concreto, puesto que aquellos que en verdad apreciamos este deporte, vemos este robo como una gota más de una tormenta que parece no tiene fin, y así, mientras la gente sin opinión lo llama “Karma”, para otros, como yo, es una vergüenza lo que sucedió y de la que ya estamos hartos.
Se trata de algo que no es nuevo, pero que no deja de estar mal, algo patético, es una injusticia, es una chingadera lo que está pasando, y da un poco de tristeza que lo mañoso y sucio haga que el boxeo pierda credibilidad, pues ya es muy difícil estar apreciando este deporte.
Ayer le tocó a Márquez, hoy le tocó a Pacquiao, ¿mañana a quién? ¿A Timothy? ¿Para que aquellas personitas estúpidas digan que es justo porque será Karma? Entonces esto ya será únicamente del maldito Karma. Y no, así no debe ser el boxeo, ¿pero ellos qué van a saber?
A cómo vamos, ya la única forma de saberse vencedor es noqueando-matando al rival, porque de nada sirve hacer doce episodios de buen boxeo, de dar y no recibir, porque hay tres personas que no lo entienden, o que sí lo hacen, pero se dejan llevar por otras cosas que no sea la limpieza y pureza del deporte.
Hay mucho que erradicar en el boxeo, desde las divisiones intermedias, los campeonatos de papel e inventados que no significan nada, personas que crean campeones y los protegen, las apuestas… todo, prácticamente todo está echado a perder.
Ayer Bradley no ganó ni un round, salvo aquellos dos o tres que se otorgan de lástima. Tim no generó un combate, dio una pena, su logro fue no ser noqueado y su recompensa fue ser monarca.
A nadie le importa Timothy Bradley, no es un hombre que cree espectáculo, ni afuera, ni mucho menos arriba del ring, no es un boxeador sobresaliente, es más, no entra en el top ten de las división, Bradley es un cero a la izquierda en el boxeo mundial, sólo que anoche tuvo un gran premio por muy poco trabajo.
Una pena, porque el box también tiene una cara buena, aquella del espectáculo, de lo científico, de la preparación, del deportivismo, de la fuerza y cerebral… pero eso ya no importa, hoy nada interesa si los jueces tienen la decisión de hacer ganar a quien no lo merece.
Y les voy a decir una cosa, a nadie le convenía que perdiera el ‘Pacman’ y no hablo de apuestas.
¡Gracias!
