Behnaz Babazadeh es una artista afgana que decidió crear «burkas comestibles» para unir a Oriente y Occidente. Y es que, a veces, resulta difícil entendernos, conversar y dejar de hacer diferencias por las distancias entre nuestra cultura y religión y las de Oriente.
Cuando era niña se mudó a Estados Unidos. Para el primer día de escuela fue vestida igual que en Afganistán, pero se encontró con un montón de niños mirándola extrañamente. Fue allí cuando comenzó a pensar en qué hacer para cambiar la percepción del burka y, así, cambiar la percepción de Oriente.
Uno de sus burkas es de gomitas de oso, otro de gusanitos ácidos y… por supuesto, hay otro que fue hecho de algodón de azúcar. Suena delicioso, ¿verdad?
Así fue que, a través de estos burkas comestibles, comenzó a sacar fotografías y documentar un proyecto que tenía en mente: conectar el Occidente con el Oriente y «endulzar» la percepción que América tenía de Medio Oriente y, en particular, del burka.
Esta niña que nació en Afganistán pero se crió en Estados Unidos, logró combinar ambas culturas y quiere, a través de los burkas comestibles, que tú, yo y todos nosotros logremos aceptarnos, entendernos y, sobre todas las cosas, dialogar.
