A lo largo de la vida todos nos hablan de la importancia de crecer, de ingresar al mundo adulto y de hacer nuestra propia vida. Nos hacen creer que cuando alcancemos las dos décadas ya seremos adultos, pero no nos dicen que la realidad dista mucho de eso.
Alcanzar los 20 es solo el comienzo de una de las subidas más empinadas de la vida; creo que los 20 años son una prolongación de la adolescencia con más responsabilidades y menos certezas.
1. Deja en claro que no eres la última opción
Esto va para tus amigas, tu familia y tu crush. Ellos no pueden hacer y deshacer los planes contigo cuando se les dé la gana. Y es que cuando permites que tus allegados te tengan como plan de rescate, terminan cancelando los planes o te dejan plantado, porque saben que eres demasiado benevolente.
Delimita tu lugar y deja en claro que tú también eres importante: si no lo haces tú, nadie lo hará.
2. La espontaneidad es divertida y la comunicación, necesaria
Probar nuevas experiencias en la cama con tu pareja puede ser divertido, pero hay ciertos temas que deben conversar previamente. Si hay algo que no te gusta, dilo.
3. Tu trabajo es sagrado
El plano profesional siempre es importante, por lo que debemos cuidarlo y respetarlo.
No dejes que nadie menosprecie tu inteligencia o te denigre como profesional. Comprométete con tu crecimiento, pero siempre en buenos términos. Nunca te resignes a la presión, ni a los malos tratos.
4. Reconsidera tu lista de amigos
Todas tenemos amigas que solo llaman cuando no tienen planes con su pareja o necesitan un favor. Los que quieran acompañarte deben saber que una relación humana lleva tiempo y dedicación. Si no están dispuestos a invertirlos contigo, será mejor que salgan por la misma puerta que entraron.
5. Corta los vínculos tóxicos
Seguro te ha pasado: hay personas que hacen que la vida se vea mucho más pesada y oscura. Procuras ayudarlas con un aliento de esperanza, pero nada parece ser suficiente. ¿Mi consejo? No asumas la responsabilidad de su actitud, ni permitas que su mala energía te desanime.
6. Libérate de las opiniones
Los buenos consejos de un amigo siempre son bienvenidos, pero procura no convertirte en la esclava de la opinión de nadie. No esperes la constante aprobación, porque dejarás de vivir tu vida.
