Dos jóvenes profesionistas oriundos de Cuernavaca, Morelos, escogieron su bicicleta de montaña para atravesar el continente.
Durante un año, Roberto Vivero y Roberto Cervantes, uno filósofo y el otro ingeniero mecánico, surcarán las carreteras de México, Centroamérica y Sudamérica y partieron el domingo pasado y ayer llegaron a su primer punto: Tepoztlán, donde pernoctaron.
Antes eran tres Robertos. Los tres con el mismo nombre y hermanados por el gusto de pedalear para hacer deporte y demostrar la eficiencia de un transporte sano, no contaminante y totalmente eficiente. Pero al final, sólo Viveros y Cervantes prosiguieron en el proyecto. Sus experiencias han sido escritas, video grabadas y “colgadas” en un sitio web: http://www.mochilarodante.com/ donde se aprecia su historia personal, hasta trabajos en video.
Los primeros que escucharon que la noticia de su viaje a Argentina fueron sus amigos, quienes lo tomaron como “algo loco”. Al principio no les creyeron.
Diego Viveros, un joven de 20 años, explicó que se dio cuenta que era un proyecto serio y ahora tiene su apoyo y el de muchas organizaciones en Morelos.
En un principio La Red por la Justicia y la Paz con Dignidad del poeta y escritor, Javier Sicilia, les brindó el apoyo y los pusieron frente a los periodistas.
Días después, de la nada, el apoyo se esfumó porque Los Robertos dijeron la verdad en una entrevista de radio: “No éramos adherentes a esa organización. Era la verdad, tenemos amigos ahí dentro, compartimos los ideales, pero no militamos con ellos… eso no es malo”, concluyó Vivero.
La idea de viajar a Sudamérica surgió hace aproximadamente cuatro años. Roberto Vivero aseguró que su amigo Roberto Cervantes, fue el que realmente fijó a la ciudad de Buenos Aires como destino de su viaje más largo, luego de haber ido a otros municipios del estado de Morelos, algunas ciudades alrededor del estado y otros viajes al norte del país… todos en bicicleta.
Indicó que después de haber realizado esas largas travesías, “se me ocurrió que pudiéramos hacer uno todavía más largo, ir más lejos. Las distancias ya se nos hacían cortas y se me ocurrió que podíamos realizar la ruta de la seda que parte de Europa hacia China, pero el principal obstáculo era el idioma y no encontraban rutas seguras”. Relató que pasaron muchas tardes frente a la computadora, en internet, buscando rutas, lugares donde dormir, pero era muy complicado.
Ante la dificultad, el otro Roberto propuso que viajaran al sur, rumbo a Argentina: “Tenemos en común el idioma, somos países hermanos y tendremos más posibilidades de encontrar apoyos como donde dormir”, añadió. Las iglesias, las escuelas, la Cruz Roja y ciertos espacios particulares serán los que utilicen para descansar, bajo la idea de que “existe más difusión en Sudamérica de proyectos como este, hay mayor conciencia y conocimiento del ecoturismo, por ejemplo”.
La ruta que pedalearán es muy extensa. Suma pueblos, ciudades y al final casi 10 países: “La ruta empezará de la ciudad de Cuernavaca, y nos dirigiremos a Puebla, Veracruz, Campeche, Quintana Roo, Belice, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y de ahí tomaremos un Ferrie hasta Colombia y de ahí seguiremos hacia el sur por Perú, Chile y finalmente Argentina”.
A 90 horas de partir, las bicicletas de Los Robertos aún están en mantenimiento. Noé Díaz González, un joven mecánico especializado en bicicletas es amigo personal de los viajeros. En su negocio “Cuernabika” es el encargado de afinar los últimos detalles para evitar cualquier descompostura o inconveniente mecánico.
Su misión es que las bicicletas, cuyo costo rebasa los 12 mil pesos, se mantenga entera durante el viaje, lo que garantizará también la integridad de los tripulantes. Para ello ha requerido cambiar algunas piezas de plástico por otras de aluminio. Los frenos fueron sofisticados y se le agregaron llantas más anchas y se incluyó un juego de herramientas, entre otras cosas.
