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Felipe Calderón: Fui un furibundo opositor

CIUDAD DE MÉXICO, 20 de diciembre.- El presidente Felipe Calderón confesó ayer que siempre fue fanático de las canciones de protesta de Óscar Chávez, que le gustaba leer los artículos críticos del historiador Lorenzo Meyer y que se fascinó al descubrir “una historia escondida” en La Cristiada, de Jean Meyer.


“Yo, en aquel tiempo, era un furibundo opositor: antipresidente, antigobiernista. Con las canciones de Óscar me pasaba lo que con los artículos de Lorenzo: satisfacían mi espíritu opositor. En aquel tiempo no tenía previsto estar aquí. Cuando cantaba esas canciones y leía esos artículos nunca pensé que iba a estar al otro lado del mostrador; así que, créanme, que ya he pagado suficientemente mi osadía de juventud”, comentó ante los fuertes aplausos de los asistentes.


El titular del Ejecutivo federal desplegó una serie de anécdotas personales en la entrega de los Premios Nacionales de Ciencias y Artes 2011, que se realizó en el Salón Adolfo López Mateos de  la residencia oficial de Los Pinos, en una ceremonia cálida en la que pidió no un minuto de silencio, sino uno de aplausos, para los dos galardonados que no estuvieron presentes debido a su reciente fallecimiento: el escritor Daniel Sada y el actor y titiritero Wilbert Alfonso de Jesús Herrera.


El mandatario elogió a los ganadores: los escritores Sada y José Agustín en el campo de Lingüística y Literatura; el escultor Pedro de Cervantes y el cineasta  Jorge Fons, en Bellas Artes; los historiadores Jean Meyer y Lorenzo Meyer, en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; Pedro Julio Collado, en Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales; Raúl Gerardo Quintero, en Tecnología y Diseño; y De Jesús Herrera, Óscar Chávez y el grupo de Alfareros de San Bartolo, en Artes y Tradiciones Populares.


“Seguí mucho las canciones de Óscar Chávez, la música de protesta era él. Cuando aparecieron los cubanos, Óscar ya estaba ahí. Por ti, que todo enamorado ha cantado no siempre con éxito; o su versión de Macondo, para quien no haya leído Cien años de soledad, de García Márquez, puede tener ahí un indicio, ahora que está tan de moda este punto”, agregó el Calderón.


“Recuerdo que mi padre, que era escritor también y un asiduo lector, en alguna narración que grabó en unos carretes de aquella época, como una especie de legado a sus hijos, bien sabía que no nos iba a dejar mucho más, nos cuenta su vida y anécdotas personales. Y especificó que ‘si hay un libro que quiero pedirles que lean es La Cristiada, de Jean Meyer. Y la leí y entendí por qué la recomendó, pues era una historia que estaba escondida, muy importante”, añadió.


Calderón fue el último en tomar la palabra, tras saludar, en compañía de su esposa, Margarita Zavala, y la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, y otorgar un diploma a los ganadores y las viudas de los ausentes.


El Presidente concluyó que “la ciencia y la cultura son el alma de la nación, sin ellas, ninguna sociedad puede florecer”, por lo que se comprometió a seguirlas impulsando.

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