WASHINGTON.— Fiel al programa establecido, el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, arribó ayer a la base aérea Andrews para emprender la quizá sea la más importante gira de trabajo antes de asumir mandato.
Acompañado de un nutrido grupo de colaboradores, que incluyeron a Luis Videgaray, a Miguel Ángel Osorio Chong, a Emilio Lozoya y a Ildefonso Guajardo Villarreal, el presidente electo de México fue recibido en el hangar por miembros del protocolo del Departamento de Estado y el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán.
Muy temprano, aún en la ciudad de México, el presidente electo arribó al hangar presidencial en helicóptero para después abordar junto con su esposa, Angélica Rivera, y colaboradores un avión Gruman de la Fuerza Aérea Méxicana hacia Washington.
Ya en la capital estadounidense y tras un breve acto protocolario, Peña Nieto y su comitiva se trasladaron a su hotel para pernoctar y prepararse para una jornada de intensos encuentros durante este martes, que incluirán una reunión con el presidente Barack Obama y con su equipo de colaboradores más cercanos.
Según la agenda, confeccionada con varias semanas de antelación, Enrique Peña Nieto arrancará muy temprano sus actividades con una entrevista con Janet Napolitano, la máxima responsable del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), quien quien podría abordar temas relacionados con la seguridad fronteriza e inmigración. El encuentro con Napolitano será breve, de apenas 15 minutos.
Poco después mantendrá una reunión con Nancy Pelosi, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes. Hasta ayer no se había confirmado el encuentro con el líder de la mayoría republicana, John Boehner.
A esta reunión, Peña Nieto acudirá acompañado de su más estrecho grupo de colaboradores que incluyen a Luis Videgaray, su coordinador general de la Transición Gubernamental; Miguel Osorio Chong, Coordinador General de Política y Seguridad; Emilio Lozoya, vicecoordinador de asuntos internacionales; Ildefonso Guajardo Villarreal, vicecoordinador de política económica y David López, su coordinador de comunicación social.
Tras su encuentro con Pelosi, el presidente electo se entrevistará por la tarde con el presidente Obama en un encuentro que tendrá dos momentos. El primero, de carácter ampliado, en el que ambos mandatarios encabezarán una reunión de trabajo .
A este encuentro acudirán, por la parte mexicana, los principales responsables del próximo gobierno que viajan con Peña Nieto. De la parte estadounidense acudirán el vicepresidente, Joe Biden; la Secretaria de Estado, Hillary Clinton; la subsecretaria de Estado para el hemisferio, Roberta Jacobson; el jefe de la oficina y asistente del presidente, Jack Lew; el asesor de seguridad nacional, Tom Donilon; Michael Froman, asesor adjunto de seguridad nacional y asuntos económicos; Ricardo Zúñiga, asistente del presidente y encargado para los asuntos del hemisferio y el embajador Anthony Wayne.
Durante este encuentro no participará el embajador de México en EU, Arturo Sarukhán.
El encuentro ampliado será de poco más de 35 minutos. Posteriormente, los dos líderes mantendrán el tradicional cara a cara durante 15 minutos. Es decir, un total de 50 minutos que permitirán a ambos mandatarios tomar un primer contacto y familiarizarse con quienes serán sus interlocutores tanto en la ciudad de México como en Washington.
Posteriormente, Peña Nieto regresará al Capitolio para mantener una entrevista con el líder demócrata en el Senado, Harry Reid.
«Este encuentro en la Casa Blanca es una primera toma de contacto y servirá para marcar el tono en las relaciones», consideró Andrew Selee, director del Instituto México del Woodrow Wilson Center.
Precisamente, en el marco de esta visita de Peña Nieto como presidente electo, el Centro Woodrow Wilson adelantó ayer lo que desde el punto de vista de sus analistas podría ser la agenda que ambos gobiernos deberán acometer a partir del 2013.
«La profundidad de lazos económicos con México, junto con declives en migración ilegal y violencia del crimen organizado, abren una oportunidad para los estadunidenses de profundizar la agenda económica con México», aseguró el reporte elaborado por el Woodrow Wilson.
A partir de que ambas naciones comparten el desafío de la seguridad en común, en el marco de una lucha contra los cárteles que ha sido demasiado costosa, el estudio sugiere que además de la cooperación en común para derrotar al crimen organizado, ambos países necesitan apostar por el relanzamiento de sus relaciones comerciales, la estabilidad económica y responder al desafío del cambio climático.
En este contexto, el estudio adelanta los posibles cambios o reformas en materia energética y anticipa que, en caso de concretarse, «se detonará un ciclo de inversión económica» y se podrá avanzar en el capítulo de la seguridad energética en América del Norte.
Finalmente, el estudio sugiere que el desplome de la migración de México hacia EU, abre por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de avanzar en en terreno de una reforma migratoria.
«Con una menor inmigración ilegal, será más fácil encarar nuevas modalidades para la migración legal», apuntó.
Por otro lado, Estados Unidos hizo ayer oficial el envío de una delegación del más alto nivel para ser testigos de excepción durante la toma de posesión de Enrique Peña Nieto como presidente de México el próximo 1 de diciembre.
Según confirmó la Casa Blanca, la delegación estará encabezada por el vicepresidente, Joe Biden y junto con él acudirán la subsecretaria del Departamento de Estado para el hemisferio, Roberta Jacobson; el embajador de EU en México, Anthony Wayne; el principal asesor del presidente Obama para Seguridad Nacional y Contraterrorismo, John Brennan y la Secretaria del Trabajo, Hilda Solis.


