Los periodistas mexicanos reportan en diferente intensidad del Síndrome de Estrés Postraumático (PTSD) y, a diferencia del corresponsal de guerra, no puede huir de ese contexto porque es en el que vive, por lo que presentan una tensión mayor.
Es por ello que varios tienen problemas de consumo de alcohol y drogas, algunas de ellas «duras», además de desestabilidad emocional respecto a sus relaciones de pareja y familiares, a diferencia de los reporteros norteamericanos y británicos.
Durante la presentación del estudio «Los periodistas mexicanos: una investigación de su salud emocional», realizado por Organización Periodistas de a Pie y Artículo 19, y presentado en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), se indicó que los profesionistas de la información no pueden huir del trauma que les deja su trabajo.
Los periodistas mexicanos no pueden escapar del trauma porque, a diferencia de los corresponsales de guerra, quienes practican un «periodismo de paracaídas», las y los profesionales locales y sus familias viven en el contexto mismo que están reportando, advirtió el psiquiatra canadiense, Anthony Feinstein.
El estudio consideró los testimonios de 104 periodistas de 109 a quienes el especialista solicitó información; los resultados fueron comparados con los que obtuvo previamente de igual número de corresponsales de guerra norteamericanos y británicos en diferentes conflictos armados.