En menos de una semana, el Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza rompió su récord de trasplantes de corazón al practicar tres intervenciones en ese tiempo, de las cuales dos se hicieron en menos de 24 horas.
Este jueves, médicos del hospital La Raza informaron sobre el estado de salud de los tres pacientes que recibieron un corazón cada uno, los cuales evolucionan satisfactoriamente.
Jaime Zaldívar Cervera, director general del hospital, recordó que en 2011 se hicieron más de 20 trasplantes de corazón en adultos, lo que representó el número más elevado que se ha hecho en los últimos años.
Tan sólo en La Raza se efectuaron 10 trasplantes, cifra que no se había alcanzado en ningún centro hospitalario del país. El promedio en general, comentó, es de cinco a seis trasplantes por año. No obstante, reconoció, que comparado con otros países, es necesario acrecentar «la cultura» de la donación de órganos.
En México, la tasa de donación de órganos es de cuatro por cada millón de habitantes; En países como España es de 40 y en Estados Unidos está tasa es de 36. El especialista indicó que para conseguir tres trasplantes en menos de una semana se debe tener un donador adecuado y un receptor adecuado.
Explicó que a partir del percance generado durante el traslado de un corazón, que se cayó en el asfalto rumbo a un trasplante, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reforzará sus protocolos de seguridad.
Agregó que a los contenedores (tipo hieleras) donde son colocados los órganos extraídos para trasplante, se les inscribirá la leyenda: «Órgano humano». También, dijo que se tendrán que utilizar exclusivamente los helipuertos que tiene el IMSS en diversos hospitales o de la Secretaría de Salud, para evitar descender en plena vía pública.
«No hay porqué batallar con los baches o tener que correr», expresó. Reconoció que es muy importante la preservación del órgano. En el caso del corazón es de seis a ocho horas. Por eso se usan jets y helicópteros.
Asimismo, informó que ya se compraron hieleras para hombro. «Esto —dijo el director médico—, para que en lugar de transportar el órgano en una hielera con rueditas, ahora se pueda colgar en el hombro o cruzarla sobre el cuerpo».
«Se me tendría que caer el cuello para que se me cayera la hielera», bromeó Zaldívar Cervera, quien aseguró que el incidente ocurrido la semana pasada dejó enseñanzas para todos los involucrados en trasplantes.
Antes, el especialista del IMSS aclaró que el contenedor para trasplantes sólo tiene la función de guardar el órgano, pero no está esterilizado, ni puede ir cerrado, porque la ley aeroportuaria lo prohíbe, ya que se tiene que abrir para ver que se está transportando en el avión.


