Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
No son pocos los que en estos días nos han preguntado
cómo se visualiza el iniciado proceso electoral para la sucesión en el gobierno
estatal.
La interrogante toma especial trascendencia porque los
interesados son militantes panistas y priistas, así como actores políticos
indispensables y con ligas o antecedentes partidistas, lo que habla de incertidumbre
y exhibe sospecha.
Nuestra respuesta a
bote pronto es que el panorama está
muy enredado e incierto: “veo a Alfonso
Durazo adelante y al Borrego tan endeble como la Alianza, agarrado de esa única
esperanza”.
Pero este planteamiento superficial merece una reflexión
más amplia y justificada.
A diferencia del virtual candidato de Morena que tiene
toda una gama de alternativas y herramientas políticas y económicas, Ernesto
Gándara concentra posibilidades en una Alianza que no termina de agarrar forma.
Y eso, en estas circunstancias con un aspirante opositor
en desventaja, se percibe peligroso y preocupante.
Ernesto Gándara, sin duda mejor candidato, equivocó la
estrategia y cometió un error de cálculo que podría ser determinante.
El Borrego no
debió renunciar a estas alturas y menos hacerlo a exigencia del PAN. No nos
desdecimos, sostenemos que para propósitos tan grandes el PRI envilece y
descalifica a cualquier candidato.
La renuncia, para que fuera legítima y no parte de una
negociación entre partidos que saborean un festín, tuvo que haber ocurrido hace
un año o varios meses atrás, cuando menos.
Una renuncia que pudo, incluso, ser eximida si desde un
PRI renovado y escarmentado se
construía un proyecto con matices de ciudadano que se volviera irresistible
para los demás partidos opositores, organismos empresariales y colectivos
sociales interesados en impedir el ascenso de Morena en Sonora.
Es decir, de Gándara se esperaba que mostrara la capacidad
y el liderazgo suficiente para que el PAN rogara por acercarse a su proyecto.
No al revés.
La consecuencia es que ahora los panistas se saben resucitados,
con una ficha tan indispensable como sobrevalorada.
Por eso ahí andan los cargamochilas
hablando en nombre de la Alianza por todo el Estado poniendo condiciones,
contraviniendo el sentido colectivo de este gran acuerdo y brincando a verdaderos
operadores talentosos que si entienden el momento histórico.
Ahora, más que nunca, Ernesto Gándara necesita de todos
para mantenerse en competencia.
Precisa el respaldo –directo o indirecto- de Ricardo
Bours, de Antonio Astiazarán, de María Dolores del Río… ¡hasta de Pedro Ángel
Contreras! que, es justo decirlo, le ha puesto seriedad a su certera exigencia
de privilegiar a un militante sobre un simpatizante (recurso regalado con la
renuncia).
A Ernesto Gándara le hará falta el apoyo –directo o
indirecto- de Manlio Fabio Beltrones, del CEN de su ex partido y de la
gobernadora Claudia Pavlovich y su gente.
Está obligado a negociar espacios y candidaturas con el
PAN Sonora (¡hasta con los padrecistas!),
con la esperanza de que prevalezca la condición de que sean los mejores los
incluidos y favorecidos.
Y es casi una utopía
electoral que tanto unos como otros muestren generosidad, sensatez y
disposición para elegir a los más competitivos.
Amenaza por imponerse el agandalle, el oportunismo propio de los grupos de poder
indispuestos a ver más allá de los beneficios disponibles.
El problema para el PRI de Ernesto Gándara, es que el
eventual fracaso de la Alianza es una posibilidad que los dejaría sin tiempo.
¿Y qué va a pasar si la Alianza no prospera o no se concreta
con la meticulosidad exigida?
Porque puede decirse muchas verdades de los cascajos y pubertos que acompañan a
Alfonso Durazo, pero cuando menos en ellos hay la unanimidad que se acerca al
ideal de los priistas en la época en que con ese solo atributo ganaban
elecciones.
Ordinarios y predecibles, pero el proyecto de Durazo ya
está definido; se conocen sus protagonistas y estamos seguros que no volverán a
cometer tantos desaciertos en la elección de candidatos para los municipios.
Si la Alianza no prospera pronto y bien, el PRI y Ernesto
Gándara están liquidados.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Twitter:
@masmedio
Correo:
rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com
