La suma de factores genéticos y las experiencias de vida
de una persona pueden llevarla a desarrollar un trastorno de personalidad.
Trastorno de personalidad: ¿qué es?
El trastorno de personalidad consiste en un grupo de
condiciones psiquiátricas en las que el individuo presenta un patrón insalubre
de pensar y actuar.
La persona que sufre este problema tiene dificultades
para relacionarse bien con situaciones y personas, afectando así las
relaciones, el trabajo y otras actividades sociales.
Causas
Las causas de los trastornos de la personalidad son una
combinación de factores genéticos y del entorno, de acuerdo a Mayo Clinic.
Algunos de los rasgos de personalidad pueden ser transmitidos por los padres,
mientras que otros se desarrollan de acuerdo al ambiente en que la persona
creció.
Los genes, de este modo, pueden hacer que una persona sea
más vulnerable a desarrollar un trastorno de la personalidad. Pero una
situación en la vida de una persona también puede desencadenar el problema.
Tipos de trastorno de personalidad
Los trastornos de personalidad generalmente comienzan en
la adolescencia o al inicio de la edad adulta y se dividen en 10 tipos:
Trastorno paranoide de la personalidad
Caracterizado por la constante desconfianza y creencia de
que está siendo engañado por todos. Por lo tanto, quien sufre de la condición
puede volverse hostil y emocionalmente desapegado.
Trastorno esquizoide de la personalidad
Quien sufre del problema se muestra indiferente y pierde
interés en las relaciones personales.
Trastorno esquizotípico de la personalidad
El paciente puede adquirir un comportamiento extraño, ya
que pasa a cultivar pensamientos negativos y sentir molestias en las
interacciones sociales.
Trastorno de personalidad antisocial
Se caracteriza por la incapacidad de reconocer los
sentimientos y las necesidades ajenas. Es común, en estos casos, que el
individuo mienta e incluso adopte comportamientos agresivos.
Trastorno histriónico de la personalidad
El paciente, en este caso, siente la necesidad de tener
aprobación y atención constantemente, y se vuelve excesivamente emotivo e
incluso dramático.
Trastorno límite de la personalidad
El miedo al abandono, relaciones intensas e inestables,
arrebatos emocionales, comportamientos autodestructivos y sentimientos de vacío
son características comunes de esta condición.
Trastorno de personalidad narcisista
La persona con este tipo de trastorno necesita sentir que
es admirado, desarrolla una alta autoestima, pero fantasiosa y, además, es
incapaz de tener empatía por el otro.
Trastorno de la personalidad por evitación
Se caracteriza por el intento de evitar al máximo
cualquier tipo de interacción social. La persona que lo padece tiende a
aislarse temiendo juicios negativos.
Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
El trastorno consiste en la preocupación excesiva de
mantener el orden y las reglas en todos los aspectos de la vida. El paciente
normalmente es perfeccionista y controlador.
Trastorno de la personalidad dependiente
El paciente teme la soledad, tiene dificultad para tomar
decisiones solo y siente necesidad de estar bajo cuidado constantemente. El
comportamiento puede ser sumiso y tener tendencia a relaciones abusivas.
Riesgos
Si no se trata adecuadamente, los trastornos de la
personalidad pueden afectar negativamente la vida de la persona, lo que lleva a
problemas en las relaciones, en el trabajo o en la educación. Puede conducir al
aislamiento o a la adicción de alcohol o drogas.
Tratamientos
El tratamiento adecuado dependerá del tipo de trastorno
de la personalidad, así como el nivel de gravedad del problema. En general, el
paciente puede necesitar ayuda de una terapia multidisciplinaria, con psicólogo
y psiquiatra.
Las consultas con psicólogos se vuelven indispensables
para el tratamiento, aunque también puede ser necesario el consumo de
medicamentos antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores de humor.
En algunos casos, más raros y graves, el paciente puede
ser internado en un hospital para tratamiento psiquiátrico, si no es capaz de
cuidar de sí mismo o cuando representa algún tipo de peligro a sí mismo o para
otras personas.


