Hace un tiempo apareció una investigación que demostró cuán importante fue el rol de la carne para la evolución humana. Los investigadores de Harvard Daniel Lieberman y Katherine Zink sostienen a través de su estudio que la carne permitió cerebros más grandes.
Y no solamente eso, pues en conjunto con el uso de utensilios, permitió mayor tiempo libre a los humanos. En una dieta previa en base a vegetales y frutas (de la que de hecho, venimos) esto no hubiera sido posible. Ello demuestra lo equivocados que están los veganos y su desprecio sobre el rol de la carne.
El Estudio
Uno de los ejemplos que aportan es que en animales cercanos a los humanos, como los chimpancés, cuya dieta se basa principalmente en frutas, deben pasar hasta casi la mitad del día masticando.
En este estudio se estima que pueden tardar de 5 a 11 horas. Igualmente, en el mismo estudio se muestra que el consumo de carne cocinada aporta 2,5 veces más kilocalorías que los vegetales. Para los precursores del homosapiens esto resultó ser decisivo para su dieta.
También podemos ver que se realizan un 20% menos de mordidas por kilocalorías para la carne que para los vegetales. Así mismo, se ve que se hace hasta un 30% menos fuerza consumiendo carne que vegetales. Las muestras que escogieron los investigadores fueron:
1) Para la carne fue la carne de cabra. Esto debido a que es más gruesa y es más similar a las condiciones que habían en el pasado.
2) Para los vegetales, se escogieron batatas, remolacha y zanahoria ya que sostienen la hipótesis de que cumplieron un rol importante en la dieta de los hombres primitivos.
Más comparativas
Este logro conseguido por el consumo de carne que no observan los veganos no fue el único. También se teoriza que debido a la cada vez más decreciente necesidad de morder y de aplicar fuerza se pudo disminuir la necesidad de colmillos grandes y de músculo mandibular. Al dejar suficiente espacio fueron perfilándose las dimensiones craneales que poseemos hoy. Esto permitió un desarrollo de un cerebro más grande.
No obstante, estos no son los únicos datos. Una tabla aportada por la Sociedad Española de Oncología Médica muestra el gran aporte proteico que tiene el grueso de las carnes.
La cantidad de cereales, frutas y verduras incluidas forman una canasta de 100 alimentos distintos. El grueso de estos alimentos dan entre 2 y 5 veces menos nutrientes que el grueso de carnes. Hay grupo selecto de solo 7 alimentos de origen no animal que aportan entre el 70 y el 85% de las proteínas que posee el alimento cárnico más completo, y que logran satisfacer hasta el 100% de la canasta de alimentos de origen animal.
Estos 7 alimentos representan el 7% de la diversidad de la canasta de vegetales. Sólo dos de ellos logran aportar el contenido proteico de manera igual al aporte medio del grueso de la canasta de alimentos de origen animal. Contra esto, hay una diversidad de 74 alimentos de origen animal.
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