Por Rodrigo Sotelo
Si se tenían reservas o se concedía el beneficio de la duda sobre la acusada ruindad de los potentados priistas cajemenses, la operada incursión de los padres del Suplente Prófugo y sus aseveraciones, termina por confirmar que el reclamo de justicia nunca ha sido genuino.
Y ahora sí que no acabamos de entender a la familia del suplente Manuel Alberto Fernández Félix, ni a los amigos y fanáticos priistas que aprovechando la muerte Eduardo Castro Luque, manipulan para envenenar en contra del Gobierno y la Procuraduría estatal.
Pero, vamos a intentar organizar someramente la información que hemos ido conociendo, para poder dar un juicio de opinión lo más objetivo posible.
Inmediatamente después de que se supiera del asesinato de Eduardo Castro, la noche del pasado 14 de septiembre, imperó la confusión debido a las especulaciones y se atestaron las redes sociales de señalamientos en contra del Estado.
Uno de los más incisivos fue Ricardo Bours Castelo, así como su hermano Rodrigo, quienes deliberadamente acusaron homicidio político –ligado al agua- y culparon al Nuevo Sonora y a funcionarios como Javier @javalor Alcaraz Ortega.
Quedó para posteridad este tuit de @r_rbc: “Cero vergüenza y calidad humana quien a falta de no tener habilidad política para negociar, recurre a las balas”.
Horas después, el procurador Carlos Navarro Suguich dio a conocer que se había citado a declarar al suplente de Eduardo Castro, hasta ese momento un perfecto desconocido. Era una sutil señal.
Esto indignó aún más a los priistas que hasta, en voz del dirigente Adrián Manjarrez, defendieron a Manuel Alberto Fernández porque se trataba de un joven “limpio” y era hijo de un reconocido doctor…
Así pasaron los días, hasta que el pasado lunes 24 de septiembre –solo diez días después- la PGJE descubrió el móvil, detuvo a los autores materiales y reveló el nombre del autor intelectual: el suplente Manuel Alberto Fernández Félix.
Ayer, contra la realidad misma, el padre del joven suplente que se encuentra prófugo, Alberto Fernández Medina aseguró que su hijo es inocente y que lo que hemos vivido es un “caso fabricado”.
Ahora bien, lo que creemos es que estos identificados personajes de Obregón, por humanidad, tendrían que tocarse el corazón antes de utilizar a los padres de Manuel Alberto sacándolo a decir esa barbaridad que desafía, sin elementos de prueba, la contundente investigación de la PGJE.
Aunque al final, es totalmente cierto eso de que nuca se ha visto que un padre acepte que su hijo es culpable de algún delito… menos la madre. Familia a la que independientemente de lo ocurrido, le expresamos una respetuosa consideración por lo que están viviendo.
Ellos viven una desgracia y se les puede intentar entender; no así a quienes utilizan su condición de vulnerabilidad para enrarecer y ganar algo a costa del dolor de los directamente interesados.
Suena chusco, pero no lo es… Se nos vienen a la mente los reiterados casos de maridos que golpean a su esposa, y salen las madres de éstos –es decir, las suegras- a defenderlos diciendo que ellas tienen la culpa, porque los provocan o porque se dejan…
Pero bueno, retomando. En Cajeme se ha perdido el enfoque de lo importante: Se están centrando en justificar –dudando de la autoridad- al asesino aceptado hasta por ellos, sobre lo principal que debe ser encontrarlo y que se haga justicia a la familia de Eduardo Castro Luque.
Por eso decimos, la ruindad política por encima de la tragedia por la que atraviesan familiares y verdaderos amigos.
¿Qué pensarán los allegados de Eduardo Castro Luque? ¿Por qué no se indignan los priistas que se decían amigos del Diputado Electo? Digo, se supone que hasta felicitaron y reconocieron los resultados donde se implicada al suplente como autor intelectual.
¿Por qué ahora se rasgan vestiduras al saber del arraigo de Gerardo, hermano de quien mandó matar a su amigo?
Perversa capacidad de aprovechamiento político-partidista, ahora de una escandalosa muerte, para seguir golpeando al Gobierno del Estado.
Me resistía a repetirlo, pero sí, es vil actitud de buitres.
No lo puede decir mejor Carlos Navarro:
“La tragedia que nos mueve es la que sufrió el Diputado Castro Luque y es esa injusticia la que no puede ser reparada. No me puedo imaginar el dolor por el que están atravesando los papás de Manuel Alberto Fernández Félix, deben de estar pasando por momentos terribles y difíciles, pero más terrible debe ser aún la situación que atraviesa la familia Castro Luque y es esa familia a la que estamos protegiendo, la que merece una explicación, a la que no se puede modificar la injusticia que sufrieron”.
Nomás faltara que los señores que ahora casi defienden al suplente, quisieran que la PGJE tuviera arraigado a un hermano de Eduardo Castro Luque.
Que no se pierda el enfoque de lo esencial en esta investigación, por favor.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios
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