Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
El aliancista Ernesto Gándara podría estar frente a una
inmejorable oportunidad de rebasar al morenista Alfonso Durazo, pero se
enfrenta al inminente peligro de la autodestrucción.
La posibilidad que ofrece alguien como el doctor Durazo es envidiable, este adusto
candidato se tropieza cada que habla y no presenta un solo acierto que no se
empañe con su pasado o desvergonzado desparpajo.
Pero el Borrego Gándara
parece no entender la meticulosidad a la que está obligado o, de plano, empieza
a confiarse al ver las carencias y ocurrencias de su adversario.
Encontramos varios ejemplos en los que no se advierte su
mano, ni su determinación de rodearse de los mejores candidatos de la Alianza:
Aunque no haya sido su idea, lo que consolida nuestra
teoría de la tibieza o relajación, a Ernesto Gándara debe responsabilizársele
de la equivocada decisión de reciclar a los mismos priistas que ocasionaron la
decepción y el descrédito que empoderó a Morena.
Es lo que significa la necedad de postular a Kitty Gutiérrez, Omar Guillén y Próspero
Ibarra, como candidatos a diputados federales, confirmados y elogiados por el
propio candidato aliancista.
Como candidato, Gándara concedió estos escasos lugares
por presiones y a cambio de favores y beneficios inconfesables. O por su
costumbre de dejar que las cosas fluyan, que es peor.
¿No había otros más decorosos y competitivos? ¿Por qué
arriesgarse a que lo contaminen?
En la elección de candidatos a diputados locales no se
espera otro criterio, traen una extraña concepción de la necesaria renovación de perfiles que, invariablemente, obedecen a
un mismo origen político.
Gándara no solo le está fallando prematuramente a los
priistas que lo ven como única esperanza, alimenta la sensación del reparto de
posiciones como mera cuota de los que ostentan y han lucrado desde el poder.
El priismo no debe estar muy entusiasmado, menos cuando
ven este mismo acaparamiento en las diputaciones plurinominales.
En las federales, el candidato Gándara no movió un solo
dedo para colocar a quienes naturalmente aquí serían sacrificados. Y en las
locales todo apunta hacia la misma voracidad política.
Por ello, el mensaje que publicara hace días Bulmaro
Pacheco:
“Solicitan
organizaciones y sectores del PRI estatal a El Pato de Lucas que la lista de
pluris al Congreso local, se defina con el consenso de las dirigencias y
militancia para evitar excesos y exclusiones en perjuicio de la candidatura de
Ernesto Gándara”.
Es el secreto a voces en el PRI Gobierno, que está por
estallar con un único saldo: la afectación a la candidatura de Ernesto Gándara,
quien tendrá que lidiar con las inconformidades de los marginados.
Pero la amenaza de autodestrucción no puede ser más
manifiesta que lo que se observa en la definición del candidato a la alcaldía
de Hermosillo. Con efecto dominó en otros municipios, de los dos partidos aliados.
Por increíble que parezca, para el líder de la Alianza
opositora a Morena, están en tiempo y condiciones para “acordar” armoniosamente las candidaturas en los municipios.
¿A poco no se ha dado cuenta que esa etapa ya pasó y que
ahora el problema es exclusivamente suyo?
Que se haya caído Norberto Barraza, que crecieran las
posibilidades de Antonio Astiazarán y que se consolidara la ventaja de Ernesto
de Lucas, es solo consecuencia de la no intervención, de la no previsión del Borrego Gándara.
En este y en todos los casos, nos queda claro que Ernesto
Gándara aún no comprende el estado de vulnerabilidad en el que lo dejan sus
indecisiones.
Y se equivoca si espera sensatez y solidaridad en quienes
legítimamente buscan un espacio de participación en base al valor de su
capacidad y no a un simple acuerdo político.
La suma de estas desatenciones está llevando a Gándara a
la autodestrucción y le puede costar la gubernatura.
Reina
y Guillén, panistas firmes con la Alianza
Por cierto, también hay peligros que se despejan y que representan parte de los aciertos más
vistosos que le dan sentido a la Alianza Va
por Sonora.
Es el caso de San Luis Río Colorado, donde los ex
dirigentes Enrique Reina y Leonardo Guillén, del PAN, confirmaron su respaldo
al candidato Ernesto Gándara, luego de que Ricardo Bours intentara simular que
los había jalado a Movimiento Ciudadano.
Y es que hace unos días, estos panistas tuvieron la
cortesía con el candidato de MC sin imaginar que serían utilizados para enviar
un mensaje en sentido contrario a sus simpatías políticas y partidistas.
La duda quedó despejada con la visita que diligentemente
hiciera a esta frontera el diputado Gildardo Real, quien acompañado de Kala Castro, activo dirigente panista de
Cajeme, refrendó coincidencias con estos ex alcaldes y el proyecto que encabeza
el Borrego Gándara.
Quedan en evidencia dos cosas: que Gándara tiene en
Gildardo Real a su mejor operador panista de la Alianza y que Ricardo Bours ya
se acostumbró a hacer proselitismo a partir de la frivolidad-falsedad de un
tuit o de una foto.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Twitter:
@masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com