Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Seguimos escuchando que se insiste, “por congruencia y decencia política”, en la invitación a que la
diputada Irma Terán Villalobos renuncie a su curul federal ahora que anunció
que se separa del PRI para incorporarse a la bancada del Partido Encuentro
Social.
La entendible lógica de los priistas que recibieron la
noticia con los dedos detrás de la puerta, es que la hija del Mijito Terán alcanzó ese espacio por
concesión del PRI, específicamente por decisión del expresidente Peña Nieto, y
no por capacidad o esfuerzo propio.
Inclusive, hasta priistas
de clóset como Ricardo Bours participaron de la indignación y se sumaron a
la sugerencia de que Irma Terán ceda el espacio a su suplente que sí milita en
el PRI, “puesto que los votos de ese
partido le dieron la diputación”.
No extraña, pero ninguno de los ociosos justicieros y opinadores atina a enfocar
en el origen de este problema.
El PRI tendría que ser autocrítico y observar que mantiene
un obsoleto sistema partidista de cuates
con base en la simulación y el acaparamiento.
Las eventuales consecuencias son las que ahora padecen, política
y electoralmente, y que sin variar los agarra con los pantalones en las rodillas.
¿A poco ahora se van a quejar de los privilegios que
ellos mismos siempre le dieron a la familia Terán? ¿Quién hizo Subsecretaria a
la joven Irma y con qué méritos por encima de profesionales o militantes
realmente comprometidos?
¿No les parece irrisorio que ahora se quejen de la
improductividad de esta diputada, pero nunca desde el PRI se supo que se le
aplicara procedimiento alguno de seguimiento y rendición de cuentas?
“Si el partido da,
el partido debería de poder quitar”, llegaron a escribir algunos
melancólicos del pasado en una de las expresiones más sesgadas para liberar de
culpa a quien caprichoso solía dar sin pudor y sin cuidado.
En el caso de las diputaciones plurinominales, el PRI
daba a la ligera y con esa frivolidad quiere evadir responsabilidades.
El caso de Irma Terán es un recordatorio, un desagradable
llamado de atención para las decisiones futuras que se están gestando.
¿A quién le van a regalar las pluris de Sonora en 2021? ¿Cuál va a ser el método de elección?
¿Por mérito, capacidad, experiencia, trayectoria o solo por cercanía, lealtad o
igual como pago de favores?
Lo que ocasiona el caso Irma Terán debe poner a meditar,
también, a las dirigencias que les da por oficializar candidaturas para
complacer a sus similares.
¿Quién le dijo a Iris Sánchez Chiu, del PRI Hermosillo,
que a ella le corresponde destapar perfiles para candidatos a diputados
locales? ¿No habrá encontrado un peor momento?
Cuando Iris “reconoce”
a Zaira Fernández, Ely Sallard y Karina Zárate, de inmediato surgen las mismas
dudas y cuestionamientos, ¿deben ser candidatas nomás porque están en el ánimo,
porque no lo han sido o porque están preparadas, legislativa y políticamente?
En todo caso, si se busca mostrar otra cara –una de
competencia y frescura-, que se promuevan y den espacios a perfiles como los de
Pedro Ángel Contreras (Isssteson), Manuel Puebla (Sedesson) y Víctor Guerrero
(SEC).
Pocos lo advierten, pero el Secretario de Educación es de
los más diligentes y útiles para la gobernadora Pavlovich, y en momentos de
turbulencias, recortes presupuestales y cambios de gobiernos.
¿Qué problema significativo ha habido en las escuelas?
¿Cuántas han sido cerradas por padres de familia desde que Víctor Guerrero
llegó a la SEC? ¡Esos son los atributos y resultados que deben premiarse y
presumirse!
En fin, el PRI seguirá en posibilidad de dar, hasta de
ganar y proteger a los suyos… ojalá quienes designen tengan siempre en mente a
Irma Terán cuando se propongan este tipo de excesos.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter:
@masmedio


