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Transición generacional en el PRI Sonora

Por Rodrigo Sotelo


Ayer hablamos del activismo político que emprende el senador Ernesto Gándara Camou, así como de sus alianzas electorales para lo que viene en el 2015; a raíz de ello, recibimos una maliciosa pregunta con la petición de reproducirla: ¿Dónde está Claudia Pavlovich Arellano?


Entendimos de inmediato la intención de nuestro amigo, por lo que traemos brevemente el caso de la también Senadora, cabeza de fórmula por cierto, que por alguna incomprensible razón está prácticamente perdida de la escena pública.


Su ausencia y la interrogante inicial nos sirven de pretexto para analizar, de modo somero, el escenario actual y la proyección a futuro para los priistas sonorenses con posibilidades y aspiraciones.


Claudia es una mujer política muy exitosa, porque podremos decir muchas cosas sobre su trabajo, pero reconocemos que pese a la tibieza siempre logra notoriedad y consigue sus objetivos.


Pocos creían, por ejemplo, que pudiera conseguir la dirigencia estatal del PRI y lo consiguió, pese a que tuvo en contra a los mismos personajes que una vez en el cargo se convertirían en su más dura oposición al interior de este partido.


No salió nada bien librada y esto alimentó el interés electoral de quienes se consideraban con mayores méritos y mejor perfil que ella para asegurar un espacio en el Senado de la República.


De ahí que se lanzaran con todo el ex alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara Camou y el ex diputado federal, Ernesto de Lucas Hopkins, entre otros que vieron oportunidad sin medir capacidades propias. No es el caso de los Ernestos, aclaramos.


Fue un proceso interno que hasta el último momento mantuvo la esperanza de Ernesto Gándara, pero que terminó por confirmar que Claudia Pavlovich sabe llegar a la meta sin hacer ruido. Y hasta sin imprimirle mucho esfuerzo, nos dicen.


Desde inicio, Ernesto Gándara siempre fue, en apariencia, el mejor aspirante… como aparentemente lo es en este momento que estos mismos tres personajes son mencionados para la candidatura priista al Gobierno del Estado.       


Entonces, ¿Por qué se impuso Claudia Pavlovich? O preguntado de otra forma, ¿Por qué relegaron a Ernesto Gándara a la segunda posición?


Tenemos nuestra tesis y la fundamentamos en la intervención de poderosos personajes que encuentran en Claudia los atributos que Gándara ha exhibido no tener. Principalmente para generar confianza.


Descubrimos que entre los muchos enemigos o amigos ocasionales del Borrego, de diferentes grupos, termina imponiéndose una coincidencia en contra suya, cuando de definiciones se trata.


Aunque habrá otros factores, las circunstancias serán distintas y las condiciones podrían ponerlas otras figuras del PRI a nivel nacional, lo que tampoco favorece a Gándara, más bien motiva con sustento a Ernesto El Pato de Lucas; así como al diputado federal por Guaymas, Antonio Astiazarán Gutiérrez.


Con su peliculesco ascenso en la política nacional, lo local parece menos complicado y de ahí que se reconozca en De Lucas a un joven –no tanto, tiene 36- talentoso como pocos, al sonorense con las relaciones de mayor peso en el País y al único con posibilidad de roce internacional.


Obviando que en su condición de Coordinador para el Deporte en el Equipo de Transición, cuenta con la cercanía suficiente con el Presidente para igual hacer historia en dos años.  


Esto sin contar que ha aprovechado enormemente su posición actual y se ha convertido en el líder de una corriente al interior del PRI en franco crecimiento. Vamos, mientras los demás intentan reagruparse ante la nueva coyuntura federal, El Pato capitaliza y gana espacios.


Y es que, es como pretender equiparar andar en Washington acompañando a Luis Videgaray, con viajar de fin de semana a Ures…Es la lucha sorda intrapartido, igual o más importante que la imagen que difunden en el trazo que hacen de la estrategia de posicionamiento al exterior.


Toño Astiazarán es un tipo disciplinado, inteligente y menos tozudo que El Pato, además de que también puede presumir un par de apoyos significativos para ser tomado en cuenta con seriedad.


En conclusión: Claudia y Ernesto con su similar estilo templado, en exceso prudente y posado, representan al PRI de siempre; y se enfrentan a la pasión, el entusiasmo y creatividad de la nueva generación de priistas que creen en la cultura del Nada es Imposible, grito de batalla de los otros dos.


Es el choque de generaciones que vemos venir en el PRI y que, a nuestro criterio, dará paso a una transición que inició con la derrota electoral del 2009.


Correo: rodrigosotelo69@hotmail.com


Twitter: @masmedio

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