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Tigres-Santos: No hubo balazos, pero sí golpes

La violencia en las gradas fue otra vez protagonista en el estadio Corona. Como si se tratara de un guión, de nuevo, los aficionados de Tigres y Santos, además de la policía, se enfrascaron en dimes y diretes que llegaron incluso hasta las pedradas.

Durante la salida de la barra de los felinos ‘Libres y Lokos’ hubo golpes entre los integrantes del grupo de animación y la policía.

Los aficionados regiomontanos se negaban a salir del inmueble de Torreón, luego de que el dispositivo empleado por los guardianes del orden incluyó la salida temprana de los seguidores visitantes.

Además, una vez afuera del recinto, se encontraron los barristas de ambas escuadras, y con los cánticos de los Tigres, quienes celebraron el triunfo, se encendieron los ánimos de los locales, lo que desencadenó la bronca hasta llegar a las pedradas.

Efectivos de seguridad intervinieron, aunque no pudieron evitar que algunos asistentes a la final de ida del futbol mexicano resultaran lastimados y mostraran sangre en la cabeza, producto de los impactos con los proyectiles.

Vamos a ir con la cara en alto.

No se siente muerto, al contrario, siente que Santos está vivo, por lo que ya manda a los suyos a ir con la frente en alto a coronarse en el estadio Universitario.

«Se le puede dar vuelta, estamos a un gol, ellos son los presionados y nos toca ir al todo por el todo, no podemos especular. Tenemos que ir por todo», reta Benjamín Galindo.

El técnico lagunero acepta que la tarjeta roja que vio Juan Pablo Rodríguez determinó el resto del encuentro en el estadio Corona, ya que Tigres, al verse en ventaja, prefirió controlar la pelota, lo cual, El Maestro agradece, porque no se fue con una mayor desventaja.

«Te cambia tus planes la expulsión. Estábamos en casa, 11 contra 11 y ellos encuentran el gol. Tuvimos una o dos, estábamos dentro de lo que fue el equipo. Tienes que hacer ajustes para mantenerte y nunca cambiaron y fue mucho mejor, porque nos acomodamos. Mi equipo jugó con determinación, no regalando. No es lo mismo perder 1-0 que 2-0».

Y de inmediato, lanza la consigna: «Debemos ir con la frente en alto. Nos quedan 90 minutos para jugarnos el todo por el todo. Y así será».



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