En febrero de 2009, Rihanna pasó a ocupar los titulares de los diarios por un hecho que poco tenía que ver con el mundo de la música. Había publicado fotografías de cómo había quedado su rostro y su cuerpo después de que su pareja de ese entonces, el rapero Chris Brown, le diera una paliza dentro de un automóvil por un arrebato de celos.
Rihanna denunció el abuso y Brown fue a la cárcel, pero finalmente recibió cinco años de libertad condicional y fue condenado a seis meses de servicio comunitario. La opinión pública se encargó de quitarle el resto: nadie quería sus discos, ni verlo o escucharlo en vivo.
Pero tres años después, Brown volvió a la carga y, supuestamente rehabilitado, grabó un álbum que se convirtió en un éxito. F.A.M.E. salió a la venta el año pasado, con temas populares como «Look at me now» y «She Ain’t you».
Además, hace pocas semanas la cantante y su ex se encontraron y empezaron a circular rumores de un acercamiento, pese a que el rapero tiene una orden de restricción de 10 metros. La noticia causó disgusto porque los seguidores de la diva de R&B no olvidan lo que Brown le hizo.
La historia tendrá un nuevo capítulo el próximo 12 de febrero, cuando se entreguen los premios Grammy. Tanto Brown como Rihanna tienen previsto presentarse en vivo durante la ceremonia.
