De acuerdo con diversas fuentes, Hashemi fue trasladad
por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) a un centro de detención en
Washington el pasado domingo a su llegado al Aeropuerto Internacional Saint
Louis- Lambert, en la ciudad de San Luis, Misuri.
Al momento de su detención, la periodista quedó
incomunicada con sus familiares, hasta que dos días después logró hablar con
una de sus hijas, misma que denunció que su madre estaba siendo tratada como
una criminal y que la habían obligado a quitarse el velo islámico para ser
fotografiada. Además, los funcionarios de la prisión le negaron el acceso a
opciones dietéticas vegetarianas, y solo le sirven comidas con carne que
Hashemi se negó a comer.
Hashemi viajó desde Irán hasta Estados Unidos para
visitar a unos familiares. Ella nació en Estados Unidos pero ha vivido en Irán
durante varios años y es musulmana.
La detención de Marzieh Hashemi provocó el inicio de una
campaña de apoyo en redes sociales con los hashtags #FreeMarziehHashemi,
#Pray4MarziehHashemi y #FreePresstvJournalist, para pedir la liberación de la
presentadora y rechazar la injusta detención y criminalización.
Del mismo modo, el jefe del Servicio Exterior de la
Organización de Radio y Televisión de Irán (IRIB), Peyman Yebeli, informó que
“condenamos esta medida de la policía estadounidense y responsabilizamos al
gobierno de Estados Unidos por la salud de Hashemi, además exigimos una
disculpa por el trato inhumano hacia ella”.
De acuerdo con Yabeli, no descartan la posibilidad de que
la periodista “hubiera sido arrestada por las acérrimas críticas de Irán al los
aliados de Estados Unidos, incluido el régimen de Israel”, aseguró.
Con información de TeleSur e HispanTV.
