Corea del Norte decide guardar silencio.
El país asiático no responde a los intentos de negociar la liberación de un soldado estadounidense que cruzó su frontera el martes, dicen las autoridades de Washington.
Un portavoz de la diplomacia del país norteamericano indicó que el Pentágono se puso en contacto con el gobierno de Corea del Norte, pero las comunicaciones “aún no son respondidas”.
Se desconoce el paradero del soldado Travis King o el destino que tomó cuando pasó por la Zona Desmilitarizada (DMZ, en inglés) que divide a las dos Coreas.
El Pentágono dijo este jueves que considera que King está «ausente sin permiso».
Este incidente ocurre en un momento particularmente tenso con Corea del Norte, dado a que sus relaciones con EE.UU. se desplomaron en los últimos años, luego de las continuas pruebas que realiza el gobierno de Kim Jong-un con decenas de misiles de largo alcance capaces de transportar ojivas nucleares.
En sus avisos de viaje, EE.UU. les dice a sus ciudadanos que eviten visitar Corea del Norte, uno de los lugares más aislados del mundo, debido a un “continuo riesgo de arresto” y la «amenaza crítica de detención injusta».
No está claro si King desertó o esperaba regresar de Corea del Norte.
Los expertos afirman que retener a King, un soldado de bajo rango, no tendría un valor estratégico de propaganda o inteligencia para Corea del Norte.
La falta de precedentes hace que sea difícil prever los próximos pasos de Pyongyang: han pasado décadas desde la última vez que un soldado estadounidense desertó a dicho país.
El hecho de que Corea del Norte no responda a los intentos de EE.UU. de comunicarse se suma a la incertidumbre.
Debía volar a EE.UU.
King debía volar hace unos días de regreso a EE.UU. desde Corea del Sur, donde estaba su base, para enfrentar una acción disciplinaria.
Pero el joven de 23 años no abordó el avión y se separó de sus escoltas militares en el aeropuerto de Incheon, cerca de Seúl, el martes. En lugar de eso, se embarcó en un viaje turístico hacia la frontera, sin conocerse cómo lo logró.
Funcionarios de Defensa estadounidenses dijeron que el soldado cruzó «deliberadamente» hacia el norte por una de las áreas más fuertemente fortificadas del mundo.
La DMZ separa a los dos países desde la Guerra de Corea en la década de 1950, en la que Estados Unidos apoyó al Sur. La guerra terminó con un armisticio, lo que significa que las dos partes todavía están técnicamente en guerra. Decenas de miles de tropas estadounidenses permanecen en Corea del Sur.
El futuro de King
Pyongyang podría usar a King como una herramienta de propaganda contra el ejército estadounidense, dijo James Fretwell, analista del sitio especializado NK News, con sede en Seúl.
«King bien puede aparecer en los medios estatales de Corea del Norte en algún momento en el futuro cercano. Pero mucho depende de cuánto dure su interrogatorio, y tal vez su cuarentena de covid-19″, agregó. Corea del Norte aún mantiene un estricto bloqueo fronterizo en respuesta a la pandemia.
Pero Jenny Town, directora del Programa 38 North del Centro Stimson, cree que la de King «no es la historia de soldado muy ideal o convincente».
«Hace mucho tiempo también hubo casos de soldados estadounidenses que desertaron y se les permitió quedarse… Pero en esos casos, [sus historias] tenían un valor político y era una época muy diferente, y un líder diferente», dijo.
Mientras tanto, tras bambalinas, diplomáticos y oficiales militares están tratando desesperadamente de hablar con los norcoreanos para averiguar qué está pasando.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo que EE.UU. no tiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte, sino otros canales para comunicarse.
Agregó que los funcionarios estaban interactuando con sus homólogos en Corea del Sur y Suecia para acceder a información sobre el soldado.
Dado que los dos países no tienen relaciones diplomáticas, la embajada sueca en Pyongyang suele negociar en nombre de EE.UU. Actualmente su personal diplomático no se encuentra en el país, debido al cierre de fronteras por la pandemia.
Tanto el Comando de la ONU, que dirige la zona fronteriza, como el ejército de Corea del Sur tienen líneas telefónicas directas con el ejército de Corea del Norte, al que llaman a diario, aunque los norcoreanos no siempre atienden.
En los últimos años, una varios ciudadanos estadounidenses que ingresaron ilegalmente a Corea del Norte, excluyendo a los condenados por actividades delictivas allí, fueron liberados en un plazo de seis meses.
«Para Pyongyang, tiene sentido encontrar una forma de obtener alguna compensación y luego expulsar a un estadounidense por entrada no autorizada», dijo Leif-Eric Easley, profesor de estudios internacionales en la Universidad de Mujeres Ewha, en Seúl.
“En el mejor de los casos, el soldado estadounidense regresará a casa a salvo a costa de una victoria propagandística de Pyongyang, y los funcionarios estadounidenses y norcoreanos pueden tener la oportunidad de reanudar el diálogo y los contactos que se estancaron durante la pandemia”.