La belleza es subjetiva, todo depende de los ojos con que se mire, sin embargo el ser humano se ha encargado de estandarizarla y quitarle la esencia que la hace única y perfecta. Fue así que tanto mujeres como hombres comenzaron a esconder sus cuerpos «imperfectos», mientras deseaban ser de piel más clara o de cintura más fina para poder alcanzar el ideal socialmente impuesto.
No sé si las personas nos cansamos de intentar ser algo que no somos o si nos dimos cuenta del verdadero valor de nuestra belleza interior, pero de un tiempo a esta parte comenzamos a valorar el cuerpo de forma distinta y a aceptar aquello que estaba por fuera de lo «esperable» en el mundo de los «cuerpos perfectos». Ahora las mujeres de cuerpos grandes o marcados luego de dar a luz se sienten más hermosas e incluidas en la sociedad, al igual que aquellas mujeres de tez oscura y cabello rizado, que se sienten más valoradas por lo que son.
A raíz de esto se desarrolló un nuevo concepto, el de «cuerpo positivo». Esta idea representa lo que hace años deberíamos haber visto: que somos valiosos, suficientes y merecedores sin importar la talla, el sexo o la raza.
Con este nuevo concepto aparecieron líderes de opinión que defienden e incentivan el reconocimiento de la belleza real y el «cuerpo positivo» en la vida cotidiana y en los medios de comunicación. Entre ellos está Nyakim Gatwec, apodada por muchos como «la reina de la oscuridad». Es una modelo de 24 años, oriunda del sur de Sudán, que reside en Minnesota. Su grandioso atractivo proviene de la extrema pigmentación de su piel.
La oscuridad de su piel la mantuvo, durante un tiempo, escondida y avergonzada. Sin embargo, un día se dio cuenta de que su melanina no era más que una representación exacta de la belleza de su nación y decidió convertirse en un ícono de belleza.
En una de sus fotos publicadas en Instagram escribió: «Mi chocolate es elegante. Esto es lo que yo represento, una nación de guerreros.»
Gatwech no solo es una defensora de la diversidad corporal en el mundo de la moda, sino también una acérrima luchadora por los derechos de los afrodescendientes en el mundo. Tanto sus mensajes como sus fotografías son un fiel reflejo de su lucha.
Es hora de que aceptemos que nuestra belleza está más allá de los estereotipos. Amar nuestra piel es una de las claves para hacer del mundo un lugar más diverso.
