El reducir a la mitad el presupuesto del Programa de
Estancias Infantiles del país, pega directamente entre el sector de mujeres de
entre 19 y 24 años, en muchos de los casos madres solteras, de bajos recursos y
sin estudio, alertó Roberto Vélez, director Ejecutivo del Centro de Estudios
Espinosa Yglesias.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen
Radio, el investigador precisó que, en caso de comprobarse actos de corrupción
en los recursos federales direccionados a estos centros infantiles, la solución
no es limitar el apoyo.
«Hay que suponer que efectivamente haya casos de
corrupción, lo cual no sería raro en este país”, pero, dijo, “hay que preguntarse
si (es conveniente) eliminarlo o construimos una transición”, de tal manera que
el recurso que se destina a las estancias, sea utilizado de mejor manera.
Para ir más lejos, dijo, el siguiente paso sería pensar
en la construcción de pisos mínimos de bienestar para la población, donde el
componente, no de guardería, sino de educación inicial esté inserto en el
sistema de apoyo a la educación media superior y a la transición al mercado
laboral formal en el sector juvenil, a través de los programas “Becas para el
Bienestar Benito Juárez” y “Jóvenes construyendo el futuro”, los cuales,
afirmó, pueden presentar importantes inconsistencias en sus objetivos.
Una de estas inconsistencias, agregó, es la falta de la
perspectiva de género, al dar a conocer los resultados de un análisis realizado
por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, que revela que la población entre
15 a 24 años, considerada como nini, que ni estudia ni trabaja, entre 15 y 18
años, está conformado “más o menos de manera pareja entre hombres y mujeres”.
Pero cuando pasamos al grupo de población de 19 a 24 años
de edad, resulta que 4 de cada 5 “mal llamados ninis”, dijo, son mujeres, que
“no es que no estén haciendo nada, sino que tenemos modelos de roles muy
tradicionales, “donde el uso del tiempo está repartido de manera desigual.
“Hacen algún tipo de trabajo de servicio doméstico,
cuidados, atención a adultos mayores”, además de que hay una buena cantidad de
embarazos adolescentes.
“Prácticamente la mitad de ellas son madres de familia”,
lamentó.
En ese sentido, puntualizó, es necesario visibilizar ese
segmento, e insertar la perspectiva de género, y “hacer de esa población, una
población sujeta de instrumentos de política pública”.
