Héctor Luna
Después de la eliminación de los Naranjeros frente a las Águilas de Mexicali en la ronda de Playoffs, la afición hermosillense se volcó en contra del equipo más ganador de la Liga Mexicana del Pacífico tras considerar como tremendo fracaso el no seguir con vida por el campeonato.
Entre opiniones en Internet, pláticas que se escuchan en los camiones y en las diversas conversaciones de personas en las calles, podemos dar por enlazado el sentimiento, como aficionado al equipo, de que esto sí es un fracaso, sin embargo, no puede catalogarse como tal después de ver el equipo que se conformó al iniciar la liga.
Y es que el primer nombre que sale como principal culpable de la mala campaña es el Gerente General de los Naranjeros, el señor Juan Aguirre. A él se le achacan episodios como el hacer un equipo sin estrellas y que las estrellas que ya estaban se hayan ido a otro club, así como no hacer una planeación concreta con Ever Magallanes al ser destituido como mánager en el mes de Noviembre, el no saber qué refuerzos eran los ideales para la segunda mitad del campeonato, incluso el que leyendas de la institución hayan salido por la puerta de atrás como el caso de José Luis “Borrego” Sandoval.
Hay que dejar en claro que lo hecho por los Naranjeros, a menos en la segunda parte del torneo, no es un fracaso, pues ya se había dicho que el equipo desde un inicio se estuvo conformado por jóvenes, jóvenes que se inician en el camino de hacer rendir el nombre de Naranjeros y que tienen que agarrar “sangrita” para, ahora sí, en la competencia entrante buscar el campeonato y, por supuesto, recibir la Serie del Caribe como equipo anfitrión candidato a ganarla. Y eso, más allá de un torneo de entrenamiento como lo fue este, dentro de un año se convertirá en un torneo de resultados. Podría decirse que el llegar a los Playoffs fue algo inesperado y del cual tenemos que aplaudirle a los jugadores, que a pesar de haber hecho una mitad terrible, pero que así se esperaba, en la parte final enderezaron el camino y nos regalaron una fase final que no estaba escrita en los planes reales, porque por historia y exigencia sí debe cumplirse, pero con la realidad del equipo era distinto.
Esta temporada, la Banorte 2011-12, así como pudo resultar de entrenamiento para futura competición, es también una llamada de advertencia, ya sea para Juan Aguirre, el mánager William Plummer, que sin duda hizo un buen trabajo en su periodo, o al Cuerpo Técnico encabezado por Adulfo Camacho, de que algo está mal y no sólo por el torneo que acaba de finalizar para Hermosillo, sino que es un mal que acompaña a los capitalinos desde hace ya varios años; el relevo en el pitcheo. Este problema parece una tradición en la institución y ya es tiempo de que se termine con ello, sólo se necesita un poquito de visoria y menos encariñamiento.
Hay cosas para rescatar después de todo, en individualidades como Édgar González que se convirtió en figura con sus buenas actuaciones en la loma, lástima que después sus compañeros le fallaron, como ya se dijo, precisamente en el relevo, y no pudo mantener números que hicieran sobresalir más su actuación. Humberto Cota que puso estadísticas de .313 en su bateo, así como el refuerzo Mark Hamilton que en el trayecto final de la temporada regular respondió muy bien a la hora de agarrar el bate, Jesse Gutiérrez que por un momento se echó el equipo al hombro, sin duda Walter Ibarra que a la defensiva se mantuvo correctamente y no hizo extrañar al famoso “Borrego”. Como vemos no todo está perdido después de la eliminación, hay aspectos para rescatar, mejorarlos y otros para erradicarlos y cambiarlos, pero hay algo que es verdadero y es que éste presente tormentoso se transformará en un futuro ganador. Sin el afán de defender a los encargados de las decisiones del equipo, en mi parecer están haciendo lo correcto, por el simple hecho de tratar de empezar otro ciclo de triunfos que perdure por muchos años y con jugadores que sientan la playera naranjera.
Pero lo mejor de todo esto es la afición de Hermosillo que hace que el equipo sea cada vez más competitivo y que fundamenta lo que un equipo grande debe ser, el tener una fanaticada de la misma grandeza.
Para las semifinales los Yaquis de Cd. Obregón se reforzaron con Karím García y los Algodoneros de Guasave se llevaron a Édgar González, que al parecer estos últimos se fortalecieron más, ya que si aspiran a algo se tiene que tener buen pitcheo y con González lo tendrán.
Mientras, Obregón es el candidato a repetir la corona con su balance en todas las zonas.
