Astrónomos han observado por primera vez cómo una estrella se traga un planeta, un destino que sufrirá la Tierra dentro de 5.000 millones de años, según una investigación publicada en la revista ‘Nature’.
Cuando una estrella se queda sin combustible se hincha hasta alcanzar un millón de veces su tamaño original, engullendo cualquier materia, planetas incluido, que encuentra a su paso. Los científicos han observado indicios de estrellas justo antes, y poco después, del acto de consumir planetas enteros, pero nunca habían captado una en el acto hasta ahora.
En el estudio, científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad de Harvard, Caltech y otros centros de Estados Unidos informan de que han observado por primera vez una estrella tragándose un planeta.
La desaparición planetaria parece haber tenido lugar en nuestra propia galaxia, a unos 12.000 años-luz de distancia, cerca de la constelación de Aquila. Allí, los astrónomos observaron un estallido de una estrella que se hizo más de 100 veces más brillante en sólo 10 días, antes de desvanecerse rápidamente.
Curiosamente, a este destello de luz blanca le siguió una señal más fría y duradera. Los científicos dedujeron que esta combinación sólo podía deberse a un acontecimiento: una estrella que engullera un planeta cercano.
«Estábamos viendo la fase final del engullimiento», afirma en un comunicado el autor principal, Kishalay De, investigador postdoctoral del Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT.
Los científicos estiman que probablemente el planeta que desapareció era un mundo caliente del tamaño de Júpiter que se acercó en espiral, fue arrastrado por la atmósfera de la estrella moribunda y, finalmente, por su núcleo.
La Tierra correrá la misma suerte, aunque no hasta dentro de 5.000 millones de años, cuando se espera que el Sol se consuma y queme los planetas interiores del Sistema Solar.
El equipo descubrió el estallido en mayo de 2020. Sin embargo, los astrónomos tardaron otro año en encontrar una explicación de lo que podía ser.
La señal inicial apareció en una búsqueda de datos tomados por el Zwicky Transient Facility (ZTF), que funciona en el Observatorio Palomar de Caltech, en California. El ZTF es un observatorio que rastrea el cielo en busca de estrellas que cambian rápidamente de brillo, cuyo patrón podría indicar la presencia de supernovas, estallidos de rayos gamma y otros fenómenos estelares.
De buscaba en los datos del ZTF indicios de erupciones en estrellas binarias, sistemas en los que dos estrellas orbitan una alrededor de la otra, una de las cuales extrae masa de la otra cada cierto tiempo y, como resultado, se ilumina brevemente.