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EU apoyará la paz que Israel y Palestina elijan

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un giro a la política que sostuvo su país hasta ahora sobre el conflicto entre israelíes y palestinos al dejar de insistir en una solución de dos Estados, y afirmó que apoyará una salida pactada por ambas partes, aunque sugirió que lo deben hacer de forma directa.
Por mucho tiempo pensé que la solución de dos Estados era la más fácil. Pero, honestamente, si Israel y los palestinos están felices, yo estoy feliz con lo que ellos prefieran”, declaró el mandatario.
En una conferencia conjunta en la Casa Blanca con Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, Trump dijo que su gobierno podría incluso aceptar una solución con un único Estado si ambas partes se ponen de acuerdo.
El mandatario opinó que, para el éxito de la negociación, los israelíes tendrán que mostrar “cierta flexibilidad”, mientras que los palestinos deben “deshacerse del odio” que, a su juicio, les enseñan a tener “desde pequeños”.
Trump también hizo una breve referencia a las colonias israelíes en territorio palestino ocupado, al asegurar que le gustaría que sus aliados “se contuvieran con los asentamientos un poco”, y confió en llegar a un pacto con Netanyahu al respecto.
El premier israelí replicó que no considera que los asentamientos sean “el núcleo del conflicto”, y dijo que hablaría sobre el tema con Trump para no seguir “chocando” en sus posturas al respecto.
En cuanto al cambio en EU, Netanyahu dijo que él no quiere fijarse tanto en las etiquetas, sino que lo que le importa es el proceso de paz.
Si alguien cree que yo, premier de Israel, responsable de la seguridad de mi país, me adentraría a ciegas en un Estado palestino terrorista que busca la destrucción de mi país, están profundamente equivocados”, sentenció.
El giro en la política exterior de EU hacia el conflicto árabe-israelí, instaurada desde el gobierno de Bill Clinton, provocó varias reacciones.
El secretario general de Naciones Unidas,  Antonio Guterres, dijo que “debe hacerse todo lo posible para preservar” la posibilidad de una salida de dos Estados.
El compromiso de Francia con una solución de dos Estados al conflicto israelo-palestino es “más fuerte que nunca”, aseguró su embajador ante Naciones Unidas, François Delattre.
En Ramala, Territorios Palestinos, Hanan Ashrawi, dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (que reagrupa el conjunto de los movimientos palestinos, excepto los islamistas de Hamas y de Yihad islámica, fuertes en Gaza), destacó que  el cambio estadunidense “carece de sentido”. Washington “está tratando de satisfacer a la coalición extremista de Netanyahu”, apuntó.
Otro funcionario palestino, Saeb Erekat, denunció que la declaración propone “eliminar el Estado de Palestina”, y adelantó que un eventual Estado único no será necesariamente uno judío.
Pero el ala más extrema del gobierno israelí cantó victoria. “Una nueva era. Nuevas ideas (…). Gran día para los israelíes y los árabes razonables. Felicitaciones”, escribió en Twitter Naftali Bennet, líder del partido Hogar Judío.
La solución de dos Estados no es algo que se nos ocurrió de pronto”, dijo Husam Zomlot, asesor del presidente palestino, Mahmud Abás.
LAS FRONTERAS
La solución de crear dos Estados, uno israelí y otro palestino, coexistiendo en paz significa, en los hechos, la creación de un Estado palestino en Cisjordania, la Franja de Gaza y el este de Jerusalén, áreas capturadas por Israel en la guerra de 1967.
En 1988, el difunto líder palestino, Yaser Arafat, presentó una declaración de independencia que, por primera vez, evocaba “dos Estados para dos pueblos”.
Arafat reconoció entonces el Estado de Israel y su soberanía sobre  78% de la palestina histórica.
 
TRUMP ATACA A LAS AGENCIAS
El presidente Donald Trump criticó ayer a las agencias de inteligencia de Estados Unidos por lo que dijo eran filtraciones ilegales de información, la cuales, según el mandatario, alimentan a la prensa y contribuyeron a la renuncia, el lunes pasado, de su consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn.
Trump también calificó de “actos criminales” las filtraciones de información de inteligencia a la prensa, y en un mensaje de Twitter señaló como responsables a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y a la La Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
Pero sobre el fondo de las denuncias, el Presidente no hizo comentarios y sólo concedió la palabra a dos periodistas que no son parte de los grandes medios que investigan este escándalo.
El diario The New York Times informó a última hora del martes que registros telefónicos mostraron que miembros de la campaña presidencial de Trump y otras personas relacionadas con el empresrio habían tenido reiterados contactos con funcionarios de inteligencia rusos en el año previo a la elección presidencial del 8 de noviembre.
Según el rotativo, los rusos contactaron con Paul Manafort, quien brevemente ejerció de director de campaña de Trump. Funcionarios estadunidenses actuales y pasados entrevistados por The New York Times declinaron identificar a los colaboradores de Trump contactados por los rusos.
El mandatario rechazó el reporte, respondiendo con una serie de tuits ayer. “Esta tontería de la conexión rusa es meramente un intento por cubrir los muchos errores que cometió la campaña perdedora de Hillary Clinton”, dijo en un tuit, refiriéndose a su adversaria demócrata en la campaña presidencial de 2016.
El Presidente no brindó evidencia para respaldar su acusación de que funcionarios de inteligencia estaban entregando información a los medios. Tampoco dijo que había ordenado una investigación sobre las filtraciones.
En tanto, el Kremlin negó ayer los reportes de llamadas telefónicas interceptadas entre funcionarios de inteligencia rusos y miembros del equipo de campaña del entonces candidato
presidencial republicano .
Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, hizo hincapié en el anonimato de las fuentes señalando que las informaciones “no se basan en hechos, no apuntan a hechos reales”.
Las agencias de inteligencia estadunidenses concluyeron en enero pasado que Rusia intervino en el proceso electoral de Estados Unidos para ayudar a Trump.
– Reuters, AFP y AP
 
 
JAMES MATTIS LANZA ADVERTENCIA A LA OTAN
BRUSELAS.– El jefe del Pentágono, James Mattis, advirtió ayer que Estados Unidos puede “moderar su compromiso” con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), si el resto de países no aumenta su gasto militar, en el primer encuentro con sus aliados desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Si sus naciones no quieren ver a EU moderar su compromiso con esta alianza, cada una de las capitales necesita mostrar su apoyo a nuestra defensa común”, dijo Mattis a sus homólogos en su primera intervención en la OTAN.
El secretario de Defensa norteamericano acudió a Bruselas con dos mensajes claros para unos aliados preocupados por las declaraciones de Trump sobre la alianza: La OTAN es un “pilar fundamental” para Washington, pero la “defensa de la libertad” tiene “un costo necesario”.
En un lenguaje más directo, Mattis dijo a sus homólogos que “el contribuyente de Estados Unidos ya no puede cargar con una desproporcionada participación en la defensa de los valores occidentales”. “Los estadunidenses no pueden preocuparse más de la seguridad futura de sus hijos que ustedes”, añadió.
El mensaje parece que cuajó en el seno de la Alianza Atlántica. Su secretario general, Jens Stoltenberg, aseguró que el jefe del Pentágono envió “un mensaje muy firme al resto de los aliados” sobre la “importancia” de repartir las responsabilidades en la OTAN.
Y varios países, como Alemania, Reino Unido o Dinamarca, defendieron la posición de Mattis, como la ministra alemana Ursula von der Leyen, para quien “los estadunidenses tienen razón” y es “de justicia” que los europeos aporten una contribución también para que esta no recaiga sobre Washington.
El aumento del gasto militar es una tradicional exigencia de Estados Unidos, que, en 2014 en la cumbre de Gales, logró que sus aliados se comprometieran a aumentar su gasto militar hasta al menos 2% del PIB nacional antes de 2024.
Sólo cinco de los 28 países de la OTAN alcanzan este objetivo –EU, Reino Unido, Grecia, Estonia y Polonia–, pero otros, como Francia (1.78% en 2016) o España (0.91%) exigen que se tenga en cuenta el impacto en sus cuentas públicas de las misiones en el exterior.
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