El primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, viajó el domingo a la ciudad de Mosul para proclamar victoria sobre el Estado Islámico y para felicitar a las fuerzas armadas, tras casi nueve meses de una cruel batalla.
Abadi publicó en su cuenta de Twitter imágenes de él con un uniforme militar negro a su llegada a Mosul para anunciar la conquista de la ciudad.
La reconquista de Mosul es la más importante victoria de Irak desde que el EI se apoderó de la ciudad el 10 de junio de 2014, antes de ganar el control de grandes partes del corazón sunita del país y de proclamar su «califato» entre Irak y la vecina Siria.
Sin embargo, la batalla aún no parece haber terminado por completo, en la tarde del domingo aún se podían escuchar disparos y bombardeos en la ciudad.
«Sólo quedan uno o dos reductos de yihadistas», indicó Abadi. «La victoria es segura y los últimos yihadistas están cercados (…) es una cuestión de tiempo para que podamos anunciar la gran victoria a nuestro pueblo», agregó.
Nueve meses de intensa batalla provocaron numerosas pérdidas humanas, el desplazamiento de más de 800,000 personas, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones y una total destrucción de la ciudad.
Según Lisa Grande, coordinadora humanitaria de las Naciones Unidas para Irak, la batalla arrasó con por lo menos seis distritos de Mosul. Los ataques aéreos, los combates de casa a casa y los ataques de terroristas suicidas generaron daños importantes en infraestructuras esenciales como puentes, carreteras, obras hidráulicas y redes de electricidad. Además, decenas de hospitales y escuelas han sido destruidos.
Estas imágenes son prueba de ello:
Vista a la Antigua Ciudad de Mosul tras la recaptura de la ciudad.
Humo sale de las ruinas de los edificios tras un ataque aéreo en la ciudad de Mosul.
Una estatua destruida por militantes del Estado Islámico en el pueblo de Bashiqa, al este de Mosul, tras ser recapturado.
Cientos de puentes y carreteras están en estado de ruina tras nueve meses de batalla.
Con las tropas iraquíes aproximándose, el Estado Islámico destruyó el mes pasado la mezquita Al-Nuri, desde donde su líder Abu Bakr al-Baghdadi proclamó el califato.
A pesar de la destrucción, alumnos de la Universidad de Mosul regresaron el mes pasado a las instalaciones a tomar exámenes que se interrumpieron tres años atrás cuando los yihadistas tomaron el control de la ciudad.
Una mujer iraquí y su hijo pasan a lado de la mezquita Al Sawwaf al oeste de Mosul.








