Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
No podemos menos que diferir de quienes auguran que ante
la eventual candidatura de Lilly Téllez al gobierno del Estado, por el PAN,
esta dama tenga pocas o nulas
posibilidades de arrebatar el triunfo
a los aspirantes auto definidos.
No sabemos cuál es la base de ese cálculo tan “determinante”, pero nos resulta
suficiente para desecharlo y admitir lo opuesto, ver que esos vaticinios se
originan en quienes defienden la pereza de un candidato inerte como Ernesto
Gándara o que se tragan el cuento del liderazgo de quien es consumido por la
inseguridad.
Bueno, ¿ese manifiesto menos precio de los borreguitos no será indicativo de que
les empezaron a temblar las rodillas y transpiran frente a la alta posibilidad
de volverse a sentar?
Aquí hemos sostenido que se vienen definiciones
electorales tan inéditas como inesperadas, por lo que apostamos a un elemento detonante
que motive la afectividad con que se votará el próximo 2021.
Y Lilly Téllez –aunque siga diciendo que no- puede ser
esa alternativa que hacía falta para alterar el orden ficticio que nos han
presentado.
¿O en serio creen que Ernesto Gándara es el “seguro” candidato del PRI, nomás porque
“no hay otro”? ¿No podrá surgir
alguna alianza –formal o indecible- que lo margine o algún otro aspirante menos
detestado y más confiable?
¿Qué creen que hará un priista promedio, con cargo de
dirección, si le dan a elegir entre un borrego
azorrillado o cualquier otra opción que permita inclusión y los ponga en
competencia?
El colmo es que, ahora, sus dos o tres eternos impulsores
que ya no pueden contener las críticas y presiones por la tibieza del “único con posibilidades de impedir el arribo
de Morena“, activaron a sus aplaudidores para presenten la pusilanimidad
como prudencia ¡y que todavía la presuman como estrategia!
De Alfonso Durazo, no es mucho lo positivo que se puede
decir y eso debe preocuparles en Morena.
El Secretario concentra, peligrosamente, todas sus
esperanzas en la fortaleza del presidente López Obrador y de lo que se mantenga
de Morena el próximo año.
A diferencia, insistimos, Lilly Téllez es una mujer de
prestigio político y social, sin carga negativa y con un pasado reciente que
demuestra empatía, congruencia y arrojo.
No pueden ser muchos o muchas, las que se den el lujo de
ningunear a un partido en el poder y que luego se atrevan a integrarse a una
bancada “de derecha” que defiende
todo por lo que luchó cambiar la Cuarta
Transformación.
Es, por lo menos, una osadía digna de agradecerse y que
habla de la ingenuidad de los que hasta ayer la reconocían como parte de la
pluralidad de la “izquierda regeneradora”.
En el anuncio, la Senadora anunció que va con fuerza por
la libertad, el Estado de Derecho y la prosperidad de México. “Firme en mis principios y valores, cumplo mi
palabra”.
¿Qué tal si Lilly Téllez, por aclamación, se sacrifica y
acepta ser la candidata ciudadana-independiente del PAN… y del PRI-Gobierno,
aunque no aparezca en esa boleta?
¿Y qué pasaría con Antonio Astiazarán? No esperamos otra
cosa que una sorpresa que fortalezca esta teoría y le retribuya en proporción a
su capacidad y esmero, en este partido o en el otro.
No sé, piénsenlo.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Twitter:
@masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com
