Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
El recién renunciado secretario Alfonso Durazo empieza a
ensayar el discurso victimista que le dará vida a su eventual campaña electoral.
“Nunca antes en la
historia de la democracia mexicana se había golpeado tanto a un precandidato a
gobernador.
Desde
que anunció que dejaba la Secretaría de Seguridad se desataron los ataques en
contra de Alfonso Durazo”.
Y todavía remata el periodista Federico Arreola: “Claramente, la saña no obedece a su trabajo
en la SSPC, sino al activismo de grupos políticos interesados en restarle
preferencias en las encuestas preelectorales.
Inicia
ahora un camino que conoce su jefe, el presidente López Obrador: el de avanzar
en medio de la guerra sucia”.
No es el más atacado. Es el más ineficiente y el que
menos resultados ha dado, motivación lógica para la crítica y el reiterado
señalamiento del ciudadano común, medio de comunicación, periodista u
organización autónoma interesada en que regrese la cordura y se imponga la
capacidad.
Es el más recriminado, pero por las barbaridades que
declara: “Se acabó todo dominio del narco
en zonas del país… no hay organización delictiva que tenga capacidad de retar
al Estado”.
Así se despide Alfonso Durazo de la Secretaría de
Seguridad Pública, con cerca de 70 mil muertes violentas, el culiacanazo, el caso Le Barón, la
anarquía en Caborca, Guaymas, Cajeme.
Lo que se hace y se espera es un recuento de su trabajo, la
observación de cada una de sus fallas e incumplimientos y la exposición
inflexible para que no se repitan. Y para que no se premie la mediocridad con
gubernaturas.
Los atacados y golpeados, son las víctimas de la
incontenible inseguridad pública que campea en todo el país, particularmente en
los municipios de Sonora.
A quien se afecta con saña del crimen organizado y la
complicidad de las autoridades actuales, es a las familias sonorenses, estado
con una de las tasas más altas de criminalidad; los que avanzamos en medio de
una auténtica guerra, somos todos los que convivimos en este ambiente fúnebre y
violento que el gobierno transformador
ha decidido propiciar y mantener.
No intenten hacer que veamos otra realidad, ahora que han
renunciado a cambiarla.
¿Con qué cinismo e ingenuidad se atreven a exhibir –como lo
hizo Memo Noriega- como argumento para
defender o justificar a Durazo que Sonora es uno de los dos estados donde
aumentó la incidencia delictiva?
¿Pues de dónde es el hasta hace unos momentos Secretario
federal de Seguridad Pública y por qué mejor no pensar que su estado tendría
que ser muestra de eficacia y ejemplo de prosperidad? ¿Apoco apostarán por
culpar a los gobernadores?
Lo que Alfonso Durazo y su gente no sospechan, porque les
falta imaginación, es que los sonorenses no son tontos y están informados; que
para ganar la gubernatura se requiere algo más que replicar la narrativa rudimentaria
del intento de mártir que recurre a la intimidación.
Es otro el momento, son ellos los responsables y le falta
calidad y carisma al protagonista.
Para atención de Enrique Clausen:
Es indiscutible que han repuntado los casos de
coronavirus en la entidad, principalmente por el relajamiento casi general de
las medidas impuestas y recomendadas por la Secretaría de Salud estatal.
También es esperable que se retroceda y haya
consecuencias que no agradarán a la mayoría dispuesta a correr riesgos y
desobedecer autoridades.
Pero lo que no puede entenderse y permitirse, como no lo
hizo bien Enrique Clausen con el tema béisbol del Pacífico, es que sean los
propios gobernantes quienes causen e inviten la negligencia y a la irresponsabilidad.
En Etchojoa, municipio gobernador por Morena, el impresentable
alcalde Judas Mendívil permitirá se acuda a los panteones este día de muertos y
hasta organiza una carrera de caballos en el río del pueblo.
Y con ese mal ejemplo, no es mucho lo que puede pedírsele
a los ciudadanos.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Twitter:
@masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com
