Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
La mujer que hasta hace unas horas podía sostener la simulada pose de valentía, pundonor y
dignidad, súbitamente se ubicó en su predecible dimensión: Célida López Cárdenas fue presentada por el propio Andrés Manuel
López Obrador como integrante de Morena.
Célida oficializó sus acercamientos con el partido de la esperanza de México, con lo que se le
cae la careta anti imposición y
en automático valida todo aquello que en medios, furibunda, criticó de Acción
Nacional.
En un video de dos minutos, López Obrador le da la bienvenida a Morena y la describe como
una mujer
ejemplar.
“Es una mujer con
convicciones, una mujer de lucha, una mujer de Sonora ejemplar, de las que no
se dejan”.
Célida
es un ejemplo, sí, pero de lo que una mujer congruente y
sensata no debe hacer en política.
Una mujer –o un hombre- que se dice formada bajo los más
estrictos estándares de valores y principios, no puede fraguar o prestarse a perversidades para justificar una
decisión y alcanzar un objetivo
electoral.
Célida López no solo utilizó su salida del PAN Sonora para ensayar proselitismo, manipuló esta circunstancia para lograr de
Morena la obsesionada candidatura al Senado
de la República.
Su actitud es deshonesta
e ingenua, porque puso en liderazgos panistas etiquetas ofensivas –a Damián
Zepeda le dijo autoritario y que no tenía pantalones-,
que ahora se revierten hacia su persona y aspiraciones políticas.
La diputada López llega a Morena para presentar y
aplaudir el mismo comportamiento partidista unilateral y arcaico que satanizó en el PAN.
Que reprochó al partido en el que militaba y que defendía ferozmente, mientras le servía
a sus personales propósitos.
No se duda que en el PAN Sonora se trabaje la imposición
de Ramón Corral o de algún otro
militante cercano al Secretario General, pero eso mismo ocurrirá en Morena
cuando a ella le regalen la candidatura al Senado –u otra posición- sin el
mínimo mérito partidista.
¿Cuál sería la diferencia? ¿Por qué en el PAN se ve mal
que se favorezca a personajes afines a quien controla y en Morena haya que
asumirlos como muestra de democracia e inclusión?
Esta nueva Célida
López mimetizada con su admirado
Damián Zepeda, igual nos quiere hacer escuchar-creer que, como sonorenses,
somos débiles, vulnerables, impredecibles
y no aptos.
Y ahora toca a nosotros asustarnos, decirle que no
admitimos el menosprecio y que existen motivos de fuerza para también reprobar su
codicia política.
Que nos subestime de tal forma, también es humillante.
Dice el Güero Nieves que cuando un matrimonio se divorcia y al día
siguiente la mujer ya tiene una nueva pareja, hubo coqueteo previo.
La analogía es algo misógina –diría la propia Célida-,
pero no deja de representar y contener los elementos
inmorales de traición y deliberación
que manifiesta la conducta de la dama interesada.
Es una
aberración que Célida López pretenda se le encuentre sentido a una ambición
que no admite restricciones.
Célida es un ejemplo de incoherencia.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter: @masmedio
