Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
No tenemos duda, y nos sobran elementos, para calificar
al diputado Gildardo Real Ramírez como el integrante más decoroso, por habilidoso,
capacitado y oportuno, de la actual legislatura en el Congreso del Estado.
Puede reducirse a una apreciación naturalmente subjetiva,
pero en los hechos este panista se distingue por constante y coherente, además
de su pulido talento para percibir oportunidades de un protagonismo provechoso.
Gildardo Real es un antagonista nato, dentro y fuera de
su propio partido.
Es un ejemplo de oposición seria e inteligente, características
tan necesarias como escasas en estos momentos de transformaciones amorfas,
simuladas y desvergonzadas.
Gildardo Real, el político, con o sin cargo, conoce como
muy pocos el funcionamiento del sistema PAN y ha alcanzado la categoría de
indispensable para quienes dirigen o gobiernan.
A diferencia de una inmensa mayoría de políticos y
militantes trivializados, distraídos en nimiedades o superficialidades, Gildardo
enfoca desde el Congreso en la (mala)actuación gubernamental de algunas
autoridades municipales.
En el arranque del primer periodo ordinario de sesiones
de este año, lejos de intenciones o lugares comunes, Gildardo Real compartió la
sensación generalizada de que se vive una desbordada crisis de seguridad
pública.
“El año pasado, se
discutió el tamaño de la crisis en seguridad y decidimos aumentar el
presupuesto para garantizar que los recursos sean del mismo tamaño del problema”.
Pero también señaló que a la inseguridad se suma un
ambiente económico preocupante y una actitud de desinterés en las instituciones
responsables que hace pensar que esta otra crisis puede profundizarse.
Y otro de los temas de interés que planteó es la
necesidad de ponerle atención a lo que está pasando en los municipios del Estado.
No se puede estar más de acuerdo, aquí hemos insistido
que en los Ayuntamientos se encuentra el origen de todos nuestros problemas
sociales, de servicios y de infraestructura.
“La realidad hoy es
alarmante. Tenemos una generación de alcaldes que están haciendo de nuestras
ciudades verdaderos teatros de lo absurdo”.
¿Alguien en Cajeme, Guaymas o Navojoa puede desmentir o se
atrevería a intentar descalificar esta dolorosa verdad? ¿Qué hacen en estos
municipios los “liderazgos”
interesados, los que se manifiestan afectados, indignados?
¿Algo medianamente rescatable de Sergio Mariscal, Sara
Valle o Rosario Quintero? ¿Además de las eternas justificaciones y el recurrido
reparto de culpas?
Gildardo Real alude a un circo en donde los alcaldes, todos de Morena, igual inventan o
ignoran reglamentos, leyes, programas, reinstalan funcionarios ya removidos o,
con la misma arbitrariedad, remueven a quienes les resultan incómodos.
“Por ello, los
diputados del Acción Nacional vamos a
trabajar en ponerle un alto a este carnaval de ocurrencias y al desfile de
ineptitudes, no nos va a temblar la mano para iniciar juicios políticos”.
Un adecuado rol activo, participativo, pero también
vigilante y de contrapeso desde las atribuciones que corresponden.
Y es que, Gildardo tiene razón y reconforta constatar en
un espacio público este entendimiento que no sale de las redes y grupos de
whatsapp: algunos alcaldes y alcaldesas llegaron a desgobernar, a trastornar, a
aniquilar instituciones.
Con esmerada e inédita idiotez, acomplejados y desde la
frustración y el resentimiento.
Toda esta aberración en total impunidad y perfecta
armonía con la indulgencia que permite la pasividad y la tibieza de los que ya
no gobiernan.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter:
@masmedio
