Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Alguien no está
contento, dentro o fuera del propio PAN, con el activismo político que no
oculta el panista Cuauhtémoc Galindo Delgado, uno de los alcaldes más críticos y
eficientes de la entidad.
Temo
Galindo, desde Nogales, se ha convertido en un producto electoral cada vez más
visible y competitivo.
Las posibilidades que consolida este panista que aspira
llegar al Senado, inquietan y le generan una desmedida atención a su trabajo
como Presidente Municipal; escrutinio admisible que ahora escala a un arbitrario
intento de desprestigio.
Hace unos días, circuló con fruición el caso del
subdirector de Seguridad Pública de la ciudad, Guillermo Duarte Astorga,
supuestamente detenido cuando intentaba cruzar hacia Estados Unidos.
No se tienen detalles ni certeza de esta información,
pero el evento ha servido para golpear al alcalde Temo Galindo y marcar con la etiqueta de delincuente a un agente
municipal del alto rango.
Inmejorable material para la dramatización y el mejor
alimento para la perversidad política y periodística.
Hubo, incluso, quienes como Humberto Robles Pompa interpretaron
el presumible hecho como una muestra de mal gobierno y una prueba de que se
necesita rescatar Nogales. Las
obsesiones siempre han nublado la razón.
Luego, la Policía Federal detuvo a una secretaria de la
misma dirección de Seguridad Pública “tras
ser sorprendida tripulando un sedán Tsuru con reporte de robo en el sur del
País”.
Sin derecho a la defensa, la funcionaria recibió sentencia mediática por circular en auto
robado.
Y con todo dolo, el ministerio público estatal filtró la
historia, la identidad y hasta el gafete institucional con que se identificara la
dama al momento de la detención.
Lo que ya no se dijo, es que la implicada está libre al
comprobar que el vehículo tiene papeles en regla y ¡es suyo desde agencia!
Después, la Fiscalía General de Justicia del Estado se
atrevió a boletinar la detención de
una oficial de la Policía Municipal de Nogales intentando introducir una
sustancia con características similares a la droga conocida como “cristal”.
Personal
de custodia del Centro de Reinserción Social de la ciudad fronteriza, alrededor
de las 10:30 de este día, al estar llevando a cabo labores de inspección a los
visitantes, se percataron que Karla Paola “N” llevaba un envase color verde con
la leyenda cloralex, sin embargo al abrirlo se percataron que en su interior
contenía un líquido que no correspondía a cloro, sino a una sustancia con
características similares al “cristal”, procediendo a asegurar a la persona.
Lo que tampoco hubo, fue el pertinente seguimiento
informativo a la irresponsable acusación que se desinflara al comprobarse que
la sustancia no era cristal, ¡era medicamento!
El fiscal Rodolfo Montes de Oca debe una explicación por
el daño ocasionado, que no se sustituye con la nota “se presume inocente mientras no se declare su responsabilidad por la
autoridad judicial (Art. 13 del CNPP)”.
Estas acciones debilitan aún más la credibilidad de las
instituciones encargadas de impartir y procurar justicia, y le causan un daño
moral irreversible a personas inocentes.
La Fiscalía General
de Justicia -sus corporaciones y ministerios públicos- está obligada siempre a preservar
la integridad y honorabilidad de todo sonorense, sin distinción.
Dedicar esfuerzos y
recursos a vulnerar adversarios politicos con aspiraciones, es una distorsión
moral.
Un contrasentido a la
legalidad.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter: @masmedio
