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#LaColumna: Vivienda para el Bienestar

No puede estar a criterio de quienes tienen resuelta esta necesidad, la viabilidad o ubicación de estos desarrollos habitacionales.

Por Rodrigo Sotelo / Twitter: @SoteloRodrigo

El programa Vivienda para el Bienestar me parece un proyecto de gobierno indispensable, urgente para una mayoría en la población.

Si de algo se adolece actualmente en todo el país, es de espacios dignos, o no tanto, donde vivir.

Aquí, en Hermosillo, cuando menos, comprar casa se ha convertido en un privilegio al que -en muchos casos- las familias trabajadoras no llegan ni juntando los créditos de vivienda a los que las parejas tienen acceso.

Por ello, no puede menos que reconocerse la idea de que el Gobierno de México y los estatales, construyan casas accesibles y en zonas ya desarrolladas y con buena plusvalía.

El pasado 18 de agosto, el gobernador Alfonso Durazo dio el banderazo de inicio al Programa de Vivienda para el Bienestar, impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum a través de la Comisión Nacional de Vivienda.

El gran logro del gober Durazo es que Sonora fue el primer estado del país en entregar la totalidad de la tierra requerida para este programa que beneficiará a más de 33 mil sonorenses.

El proyecto en la capital del estado contempla la construcción de mil 450 viviendas en nueve hectáreas en una primera etapa, hasta alcanzar un ideal de 14 mil viviendas en los próximos dos años.

El «problema» para algunos es que se realice al poniente de la ciudad, cerca del estadio «Fernando Valenzuela».

Y es que, algunas personas de varios fraccionamientos de la zona (Campo Grande, Basalto, Mediterráneo, Altozano, Rivello) se empiezan a organizar y manifestar porque concluyen que esa vecindad les traerá inconvenientes incompatibles para dicho sector.

Incluso, han emplazado al secretario del Bienestar del Estado, Fernando Rojo de la Vega, para que se reubique el proyecto.

Lo que creemos puede estar justificado en un derecho a la libre deliberación y manifestación, pero nunca por encima del que puedan esgrimir quienes no cuentan con lo más básico: dónde vivir.

No puede estar a criterio de quienes tienen resuelta esta necesidad, la viabilidad o ubicación de estos desarrollos habitacionales.

Es como si a los pobres, los que viven en periferias o zonas marginadas, se les permitiera vetar el progreso o la instalación de empresas que vuelven más ricos a los ricos.

Esos a los que hoy en Basalto o Campo Grande les hacen el fuchi porque traerán problemas de “tráfico, inseguridad y basura”, pero que a diario los meten a sus casas para que se las limpien.

Pero la contradicción más grande, es alegar la búsqueda de un consenso para un desarrollo inclusivo que beneficie a todos los sectores… discriminando y haciendo diferencias de clase.

Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.

Rodrigo Sotelo Mendívil

Director General Masmedio

Twitter: @SoteloRodrigo

Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com

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