Luego del anuncio de Cadillac confirmado a Checo Pérez como uno de sus dos pilotos para la temporada 2026 de la Fórmula 1, el piloto mexicano señaló que, a diferencia de lo que muchos piensan, no tiene nada que demostrar al regresar a la parrilla luego de su complicada salida de Red Bull.
Sergio Pérez y Red Bull terminaron relaciones en el 2024, a pesar de que el tapatío tenía una extensión de contrato válida hasta el 2026. La casa de Milton Keynes pagó una importante cantidad para terminar el acuerdo y ascender a Liam Lawson al asiento del mexicano. Tanto Christian Horner como Helmut Marko, directores de la escudería, pensaron que eso cambiaría la situación y el equipo volvería a ser competitivo, pero la realidad fue diferente.
Liam Lawson fue degradado a las dos carreras y se ascendió a Yuki Tsunoda, quien sigue sin ofrecer resultados importantes. Esta situación puso de manifiesto que el problema no era el mexicano, sino la situación dentro del equipo donde, la idea de solo apoyar a Max Verstappen en el desarrollo estaba trayendo consecuencias para el segundo piloto.
Pérez dijo en una teleconferencia tras su anuncio con la firma americana que no quiere mirar lo que sucede en otros equipos y prefiere dejar el capítulo de Red Bull en el pasado. Tampoco toma la oportunidad con Cadillac como una revancha.
