Héctor Luna
Lo que dejó la velada del sábado en Las Vegas es para ponernos a pensar, y no sólo por el resultado, pues con la experiencia que nos dieron con las dos peleas anteriores, era de pensarse, e imaginarse ,que los jueces jugarían una parte fundamental, aunque en verdad nunca se imaginó que fuera de manera tan descarada.
Y es que durante el combate, Juan Manuel Márquez se lució sólido, inteligente y fuerte, a diferencia de Manny Pacquiao que únicamente quiso hacer valer su velocidad, pues no puso más armas para tratar de salir con la victoria.
El resultado ya lo conocemos, sí, fue un robo, las tarjetas fueron absurdas, ni siquiera era justo el empate, y no es por patriotismo, simplemente así se percibió en los 12 rounds. Pero esto va más allá de una decisión de una pelea, por muy a pesar de injusta, es “comprensible” mas no admisible que se jugaba mucho en el futuro del boxeo, y todo en base de lo económico.
Para la élite boxística, el mexicano no interesa como campeón, Márquez no genera las ganancias que hacen un Pacquiao o Floyd Mayweather Jr., a nadie le interesa el futuro de Márquez, ni a la OMB, ni a Top Rank, ni a los promotores, ni casas de apuestas, ni siquiera a las mismas Vegas, pues el boxeo como negocio, sólo importa el dinero, dejando de lado las injusticias, que a fin de cuentas, con el paso del tiempo se olvidan.
Con el triunfo del “Dinamita” se vendría una debacle económica inmensa, sin contar lo de las apuestas que favorecían con varios puntos al filipino, sino porque HBO ya no tendría esa máquina de hacer dinero que representa Manny Pacquiao como campeón absoluto, ese que acapara las transmisiones a nivel mundial, el que genera ingresos multimillonarios por publicidad y que roba portadas de revistas, el que hace giras exitosas mundialmente, sumando lo de los casinos, pero sobre todo, el que genera la expectativa de un posible enfrentamiento con otro boxeador que es un As de manejar el billete verde, y que será, en caso de darse, la pelea con más ingresos en la historia del boxeo, por esto, el deporte boxístico no quería a Juan Manuel con el cinturón de campeón.
Las Vegas ya no representan una buena plaza para los pugilistas aztecas, eso lo vio y lo anticipó bien el empalmense Hernán Márquez, que rechazó su “oportunidad” de ser coestelar de esta pelea entre “Pacman” y “Dinamita”.
Y sobre un posible cuarto enfrentamiento entre ambos, será el mismo resultado, no tiene caso que se lleva a cabo, porque de la misma manera Márquez ganará arriba del ring, pero Pacquiao lo ganará abajo del mismo, el ofrecimiento de otra revancha podría tomarse como una burla hacía Márquez y su equipo, ya que la única manera en que se decrete la victoria de Juan Manuel, es con un nocaut fulminante en el que el filipino quede en coma, y aún así habría duda, pues no dudemos que saquen un pretexto absurdo como el rumor que se tuvo de que Márquez ingirió esteroides, de cualquier manera, no se mira cómo pueda salir con la derrota el “mata mexicanos”, así hagan seis episodios más y donde todo el mundo mire ganar a Juan Manuel Márquez, siempre, siempre será el mismo resultado.
Se pierde credibilidad con lo acontecido en el MGM Grand & Casino, pues queda demostrado una vez más, que el interés está por encima de la justicia deportiva.
Pero bueno, eso no es nuevo, simplemente que con esta pelea, ahora todo el pueblo mexicano se dio una idea de cómo se manejan las cosas, y en efecto se trató de todo el país, no hubo nadie que no supiera de esta pelea, y nadie se omitió el comentario de “fue un robo”.
De Márquez, pensará en el retiro, si lo hace, se irá como uno de los más grandes boxeadores mexicanos de todas las épocas, pues “perdió” la pelea que deseaba ganar, pero se ganó el respeto de todo el mundo.
