Entre los aficionados y periodistas de Los Ángeles Dodgers que siguen el día a día de la organización, hay una frase que durante la primera parte de la temporada se repitió como un mantra: “el equipo no es tan bueno como antes”.
Esa frecuente frase en el vocabulario de los Dodgers está perdiendo vigencia ante un equipo que se ha apoderado de seis de sus más recientes encuentros y que ayer volvieron a demostrar la hegemonía sobre sus vecinos del sur.
Un grand slam de Mookie Betts coronó el cuarto inning de ocho carreras que pusieron en ventaja a los Dodgers luego de atravesar turbulencias en el fondo del tercer rollo.
Betts conectó un lanzamiento de 3-0 de Seth Lugo hacia los asientos del jardín izquierdo, su cuadrangular 31 de la campaña que puso a los Dodgers 8-5 arriba en la pizarra sobre los Padres de San Diego.
Betts celebró su bambinazo con las bases llenas levantando el puño y moviendo su brazo de arriba a abajo como si estuviera sonando la bocina de un tren. Fue el sexto grand slam en la carrera ligamayorista de Betts y el undécimo de los Dodgers en la actual temporada para empatar la mejor marca en la historia de la franquicia.
James Outman tuvo una jornada de cuatro imparables para los Dodgers que se adueñaron de tres de los encuentros que sostuvieron en Petco Park.
Los Padres anotaron cinco carreras ante Tony Gonsolin (7-4) en el tercero, pero esa ventaja se perdió cuando 11 hombres batearon en el cuarto episodio.
Lugo cargó con el descalabro luego de permitir ocho carreras limpias y ocho hits en tres entradas y un tercio, la mayor cantidad de anotaciones en su andar en la gran carpa.
Los Dodgers anotaron cinco carreras más en el sexto, incluido un jonrón solitario de Kike Hernández y el doble productor de dos carreras de Muncy.
Gonsolin permitió seis carreras y nueve hits en seis entradas.
Los Dodgers de Los Ángeles siguen marcando el paso en la carrera por el banderín Oeste de la Liga Nacional.
Excélsior
