Hace tres años, en Las Vegas, se enfrentaton por ptrimera vez el puertorriqueño Miguel Ángel Cotto (36-2, 29 KO) y el mexicano Antonio Margarito (38-7, 27 KO), en una de las peleas más esperadas por los aficionados.
Aquella noche del 26 de julio de 2008, Cotto probó el sabor de la lona dos ocasiones y miró hacia arriba al Tornado de Tijuana. Fue en el round 11 cuando el boricua sucumbió ante el poder de puños de Margarito. Fue la primera derrota de Miguel en su carrera. Un trago tan amargo que no lo termina de asimilar.
Finalmente, tras tres años de misterio y acusaciones, ambos pugilistas se verán nuevamente las caras en el Madison Square Garden este sábado.
Cotto no es tímido y aprovechó la conferencia de ayer para manderle un mensaje claro y directo a su contrincante, quien fue sancionado por emplear yeso en sus vendajes cuando se enfrentó y perdió ante Sugar Shane Mosley el 24 de enero de 2009.
«Esta vez las cosas serán diferentes, no se trata de la misma pelea, él no será el mismo. Será castigado, recibirá su merecido. Ahora ya no tendrá vendajes de yeso y sin el yeso Margarito no es el mismo», acusó Miguel Ángel, quien ahora luce un nuevo tatuaje en su espalda. Se trata del rostro de su papá, Miguel, quien murió por complicaciones de asma en emero de 2010.
«Él vigila mi espalda todas las noches», dice Cotto al mostrar su tatuaje ante las cámaras de HBO en las entrevistas previas al segundo combate contra Margarito.
Para el boricua su padre lo era todo, pues fue quien le inculcó la disciplina del deporte y a tener un compromiso consigo mismo en el deporte.
Tras la derrota ante Margarito y luego contra Manny Pacquiao, Cotto fue a Cuba para entrenar y allí donde conoció a su nuevo entrenador Pedro Díaz, con quien diseñó la estrategia para vencer esta vez al mexicano.
«Sé que Cotto tendrá todo el respaldo del público, pero sobre el ring sólo estaremos él y yo», señala Margarito. «Es una pelea muy importante para mi carrera y por eso hice una de las mejores preparaciones de mi vida», comentó Antonio, quien se dice listo para demostrar que es mejor que Miguel.
Sin yeso, Margarito no es el mismo: Cotto
