Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Como producto electoral que se aleja de los estándares
tradicionales, Ana Gabriela Guevara podría ser una de las figuras más atractivas
y rentables en la iniciada contienda por la gubernatura.
Pero Ana está cometiendo el típico error de funcionario
federal bendecido y posicionado: actúa como candidata infalible, no valora
consecuencias y relega sus obligaciones como Comisionada Nacional del Deporte.
Sin tener necesidad, provocó un expansivo conflicto al
interior de la bancada petista que –nadie dudaba- ella controla en el Congreso
del Estado.
El tiempo que Ana Guevara utiliza con el diminuto
diputado Rodolfo Lizárraga, la distrae de sus dos objetivos prioritarios y la
exhibe como política ambiciosa, limitada e intolerante.
Su mayor problema –ahora- es que se volvió blanco visible
y empezó a sumar enemigos prematuramente.
Alguien que entiende de los efectos negativos de no medir
costos de las batallas sin sentido que se promueven al interior de un partido, describe
a la Comisionada como una jugadora de Grandes
Ligas que se bajó a practicar slow pitch
en una liga de Guaymas.
Ana corre el riesgo de convertirse en un caso problema
para el Gobierno Federal, en donde siempre harán falta culpables o piezas para
el sacrificio.
Guevara también equivoca involucrando a la dirigencia
nacional del PT en temas francamente domésticos.
Su posición al interior del PT es de privilegio, pero principalmente
por representar una de las militantes con mayor proyección gubernamental.
A Ana Gabriela Guevara no le conviene ser etiquetada,
desde ahora, como una aspirante corrosiva y que cargue con el desgaste de haber
tenido que enfrentar-eventualmente- a adversaros de verdadero peso político
dentro del gobierno de México.
La imagen de conflictiva y autoritaria le restará
posibilidades de futuras alianzas, y le permite argumentos para exhibirla a sus
similares de otros partidos.
Como velocista de los 400 metros, Ana Gabriela debe saber
que toda carrera se administra y que se compite –únicamente- con quienes aparecen
en la pista, no con quienes gritan vulgaridades desde las gradas.
Y que con una sola salida en falso puede quedar
eliminada.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com
Twitter:
@masmedio