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#LaColumna: El ‘se los dije’ y los responsables de la derrota

Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio

Ahora que empezará la sacudida de culpas y la pérdida de
memorias, es pertinente señalar que hay claros responsables de la humillante
derrota que aún no admite el aliancista Ernesto Gándara.

El primero y más grande, desde luego, el propio candidato
siempre incapaz e indispuesto a ubicarse en su realidad política.

Aquí lo consignamos sistemáticamente: el Borrego Gándara no se preparó para
ganar, no ha sabido perder y, evidentemente, se rodeó de puros similares con
insostenible e inexplicable autoestima.

Lo incomprensible, es que Gándara haya permitido que lo
exhibieran de tan fea forma declarándose ganador con una desventaja de más de
15 puntos… ¿qué necesidad de hacer el ridículo?

Ahí están nuestros análisis desde la primera semana de
campaña, cuando se advertía una tendencia al fracaso que hoy explica la paliza
que le dio Alfonso Durazo al candidato de la Alianza.

Desde antes de iniciar el proceso electoral, incluso, le
señalamos que no traía equipo ni discurso; que basaba su campaña en una falsa
sensación de éxito y superioridad; que se equivocaba hasta en el slogan en femenino (odioso, por cierto),
pero sin mujeres en su equipo.

Que perdía tiempo prometiendo becas y pañales; que se
centraba en un regionalismo obsoleto; que no inspiraba ni un pleito, aunque al
final intentó confrontar; que la declinación de Ricardo Bours favorecía al
candidato de Morena.

En fin, concluimos que la campaña de Ernesto Gándara había
cerrado como empezó: con puro blof y
sin idea.

Pero hay otros culpables que, como es esperable,
recurrirán al clásico de la ola morenista
que arrasó con todo, pero que no la vieron venir… ¡otra vez!

Hay que hablar de los dirigentes de los partidos, por
ejemplo, que ni en bola pudieron hacerle cosquillas a Morena.

A Ernesto De Lucas y Ernesto Munro (el del PRD no
cuenta), hay que facturarle las derrotas en los municipios y en casi todos los
distritos locales y federales.

No solo hacían números alegres y hablaban de supuestas
delanteras o repuntes inexistentes; ellos así ocultaron la insuficiencia partidista
que se labraron solitos por el abandono en el que tuvieron todo el estado desde
el 2018.

Esa es la verdad, el PRI y el PAN no pudieron competir en
municipios con gobiernos probadamente mediocres y corruptos (en manos de
Morena, claro), porque como partido no hicieron la chamba que les correspondía.

Y en eso se incluye a los candidatos, haber favorecido a los
mismos de siempre, los que a pesar de no tener méritos ni reconocimiento
social, acapararon los pocos espacios disponibles.

Responsables, también, los “generales” de la campaña borreguista.
Los cercanos al candidato que despachaban, operaban tomando café en el Calafate de Los Lagos.

Uno de los beneficios que dejará este proceso: se desecharán
estos personajes obsoletos, para permitir que una nueva generación intente rescatar
lo que ellos hundieron. Un relevo impedido, que también explica la derrota de
Ernesto.

Ya ni hablar de las encuestadoras y los “expertos” en redes sociales, especialistas
en vender espejitos y aplastar el botón de la desesperación y el autoengaño del
político o gobernante.

Por cierto, en un ejercicio de autocrítica estamos
obligados a hacer una reflexión del rol que jugamos los medios durante este
proceso electoral.

Es un avergüenza lo que vimos. Presenciamos una
degradación periodística como nunca antes vista en unas elecciones.

Es la otra derrota moral, la falla ética que quedará registrada
en lastimosa afectación del oficio informativo que no pocos convirtieron en
ejercicio de propaganda política.

Grotesco, toda una tesis académica de lo que un
comunicador profesional nunca debe hacer para mantener credibilidad y respeto
del lector.

Pero es la prensa que mantiene el PRI, la que llevaban a
los eventos del Borrego y que
correspondía con loas y genuflexiones impropias de viejonotes con tantos años de experiencia en sucesiones de
gobierno.

Y ni si quiera es una cuestión de chayote o de los naturales acuerdos comerciales con candidatos,
gobiernos o partidos.

Es un tema de decoro, de profesionalismo e ingenio para
que, cuando menos, en la deformación del oficio se orezca algo de inteligencia
y utilidad.

Ganó
la Gobernadora

Por último, muchos podrán no estar preparados para asimilarlo
pero puede probarse que otra de las ganadoras es la gobernadora Claudia
Pavlovich.

A ella intentaron marginarla del proceso, pero los rebasó
imponiendo candidatos y saliendo intacta de este proceso en el que no fue
protagonista.

Imponiendo, además, los únicos candidatos (as) de la Alianza
que servirán de consuelo en medio de la devastación: Karina Zárate y Elly
Sallard.

A estas damas se les suma la panista Alejandra López
Noriega, quien no sorprende pues es sabida su sobrada capacidad, entrega y
experiencia electoral.

Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.

Rodrigo
Sotelo Mendívil

Director
General Masmedio

Twitter:
@masmedio

Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com

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