Por
Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Dicen en un comentario de tuiter, en relación a la suspensión
de la cuenta de Ernesto Gándara, “para
qué la quiere, ahora que cayó parado no se mueve, no hace nada por su
candidatura”.
Parece un mensaje ordinario e intencionado, pero engloba perfectamente
lo que aquí hemos venido reflexionando sobre la extraña patología de este impasible
candidato renuente al compromiso y la autocrítica.
No se miente si se señala que Ernesto Gándara es el
candidato con menos actividad en sus redes sociales, antes de manifestar sus
aspiraciones e, inclusivo, una vez que tiene la irrepetible oportunidad de demostrar
el liderazgo que lo coloca como opción al gobierno del estado.
Esta pasividad que no tiene explicación coherente en este
contexto de competencia, se traslada invariablemente a cada aspecto que demanda
la intervención terminante del candidato aliancista.
“Lo sano es que las
cosas fluyan”, declaró el Borrego
en una desafortunadísima entrevista que concedió a Uniradio hoy por la mañana.
¿Quién lo asesora? ¿No le han hecho un discurso medianamente
decoroso para enfrentar las dos-tres preguntas incómodas que esperaban le
hiciera un periodista ciertamente tendencioso?
Que las cosas fluyan no es lo sano, es lo más cómodo para
un candidato que no sabe y no estará dispuesto nunca a comprometer una opinión
o a defender una decisión.
Y así no se gana una gubernatura siendo retador.
Ernesto todavía no puede justificar la Alianza, no media
en Hermosillo y no resiste un cuestionamiento a los impresentables candidatos
que lo acompañan y, cuando ya no encuentra salida, descalifica a quien lo
exhibe y le señala evidencias.
Imperdonable esta intolerancia y falta de preparación en
quien supusimos sería el mejor candidato a la gubernatura.
Y podría serlo, pero nuevamente por descarte al realizar
la obligada comparación con sus insustanciales adversarios.
Pareciera que su estrategia, si la hubiera, se basa,
hacia adentro, en dejar que se pongan de
acuerdo solos y, hacia afuera, en que sus rivales tomen siempre la iniciativa,
en espera que se equivoquen y todos volteen a verlo a él como alternativa.
Es nuestra teoría del descarte, que no del político
solvente y creativo que busca resultados y propicia que las cosas sucedan.
¿Por qué Ernesto Gándara llegó a ser candidato de la
Alianza sin hacer un gran esfuerzo y sin enfrentar la menor oposición? Porque
no había otro, así de simple.
Hasta antes de la Alianza que los revitalizó como no
esperaban, los panistas estaban desfondados, sin candidatos competitivos y al
borde de la extinción partidista. Y los del PRI no tenían ánimo ni para una
contienda interna.
Concretar la Alianza en este ambiente de escasez y desgracia
y repartiendo huesos y privilegios,
no tiene mucho mérito.
¿Qué ha ocurrido históricamente cuando el Borrego Gándara requiere competir,
convencer, negociar, rebelarse en los hechos y no solo de discurso?
Se sienta, lo que vuelve una ironía que ahora que cayó
parado, siga estacionado en la comodidad de la tibieza y la indefinición.
Gracias y hasta la próxima con el favor de Dios.
Rodrigo
Sotelo Mendívil
Director
General Masmedio
Twitter:
@masmedio
Correo: rodrigosotelo@masmedio.com / rodrigosotelo69@hotmail.com
